La política comercial “Estados Unidos Primero” del presidente Donald Trump está causando revuelo. Como parte de su estrategia para reducir déficits comerciales y proteger a los trabajadores estadounidenses, Trump anunció la posibilidad de implementar un arancel del 25% a productos provenientes de Canadá y México.
En tal sentido, esta medida, que podría entrar en vigor el 1 de febrero, apunta directamente a sectores clave como el automotriz, lo que tendría consecuencias significativas para consumidores y fabricantes en Estados Unidos.
Durante su discurso inaugural, Trump declaró: «comenzaré de inmediato la reforma de nuestro sistema comercial para proteger a los trabajadores y las familias estadounidenses. En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, aplicaremos aranceles e impuestos a países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos”.
Consumidores: los más afectados
Sin embargo, los expertos señalan que este planteamiento no refleja cómo funcionan los aranceles en la práctica. Según PBS, los aranceles son pagados por los importadores estadounidenses, que probablemente trasladarán estos costos adicionales a los consumidores. Esto significa que los compradores de vehículos y repuestos importados podrían ser los más perjudicados.
Por ejemplo, Wolfe Research estima que los precios de los automóviles nuevos podrían aumentar en aproximadamente USD3.000 debido a los aranceles. La medida no ha pasado desapercibida entre los socios comerciales.
De acuerdo con CBC News, Canadá podría imponer represalias inmediatas con aranceles sobre bienes estadounidenses valorados en USD25.800 millones. Si las tensiones escalan, esta cifra podría aumentar hasta USD76.700 millones. México, por su parte, también podría responder con medidas similares, impactando sectores clave como el agropecuario y el energético.
Y es que Trump no solo mencionó la implementación de aranceles, también la creación de un nuevo “Servicio de Impuestos Externos”, encargado de recaudar estos ingresos. El mandatario mencionó que esta iniciativa generará “inmensas cantidades de dinero” que ingresarán al Tesoro estadounidense. Además, pidió al secretario de Comercio y al representante comercial de Estados Unidos que investiguen los déficits comerciales persistentes, evaluando medidas como un “arancel suplementario global” para abordarlos.
Impacto global e incertidumbre
El anuncio de estos aranceles ya está generando preocupación en la industria automotriz y en otros sectores. Empresas de todo el mundo temen el impacto en sus costos operativos, mientras que los consumidores enfrentan un escenario de precios al alza.
A pesar de estas declaraciones, la implementación de los aranceles no es una certeza. Como ocurre con muchas propuestas de Trump, lo que se dice y lo que finalmente se hace pueden diferir considerablemente. Así, los impuestos planteados por el presidente podrían ser una solución a corto plazo para proteger a ciertos sectores estadounidenses, pero a largo plazo, amenazan con desestabilizar las relaciones comerciales y aumentar los precios para los consumidores.