La compañía china Contemporary Amperex Technology Co., Limited (CATL), líder global en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos, sigue afianzando su presencia en Europa. Según declaraciones de su vicepresidente, Pan Jian, este mismo año se inaugurará una nueva planta en el continente, en colaboración con una marca automovilística europea.
Aunque no se revelaron detalles concretos, este anuncio refuerza la estrategia de CATL de consolidar su posición en el mercado internacional. Actualmente, la compañía ya cuenta con dos fábricas operativas en Europa, ubicadas en Alemania y Hungría, además de una proyectada en España en colaboración con Stellantis. Con la nueva instalación, serían cuatro las plantas europeas en marcha para 2025.
Y es que el dominio chino en el mercado global de baterías es abrumador. En 2021, empresas de este país controlaban el 80% de la cuota mundial, y para 2026 se espera que mantengan al menos el 65%. Europa, que aspira a liderar la transición hacia los autos eléctricos, depende significativamente de la tecnología china. Esto hace que las asociaciones con gigantes como CATL sean estratégicas para los fabricantes europeos.
BYD le ‘respira’ en la nuca
Con un control del 45,2% del mercado chino de baterías eléctricas, CATL se mantiene a la cabeza, seguido por BYD, que ostenta un 25,1%. Aunque BYD ha registrado un crecimiento notable, ambas empresas chinas acaparan más del 70% del mercado global de baterías, consolidando su hegemonía.
El punto de inflexión en la industria podría llegar con las baterías de estado sólido, una tecnología que promete mayor capacidad, durabilidad y seguridad. No obstante, se estima que estas no estarán disponibles de manera masiva hasta dentro de tres años. Para Europa y Estados Unidos, la clave será ofrecer baterías con prestaciones y precios competitivos frente a los estándares chinos, un desafío que será determinante para su independencia tecnológica.
En conclusión, la expansión de CATL en Europa es una estrategia doblemente beneficiosa: refuerza la posición del líder chino en un mercado crucial y ofrece a los fabricantes europeos una solución inmediata para acelerar la electrificación de sus vehículos.
Sin embargo, la dependencia de Europa hacia las empresas chinas es un recordatorio de la necesidad de invertir en investigación y desarrollo propio para no quedar rezagados frente a gigantes como CATL y BYD.