Nissan atraviesa una crisis financiera sin precedentes, reportando una alarmante pérdida del 94% en sus beneficios en el último año. Esta situación ha obligado al fabricante japonés a implementar una reestructuración global, que incluye el cierre de tres plantas a nivel mundial.
Aunque oficialmente solo se menciona el cierre de la fábrica en Tailandia, la planta de Sunderland en el Reino Unido, la más grande de Nissan en Europa, podría estar en riesgo. Esta instalación, operativa desde 1986, alcanzó en 2023 la producción de 11 millones de vehículos, empleando actualmente a 6.000 personas. Sin embargo, su futuro es incierto, ya que no ha sido incluida en los planes de reestructuración anunciados por la compañía.
Paralelamente, las negociaciones de fusión entre Nissan y Honda, que podrían haber dado lugar al tercer mayor fabricante de automóviles del mundo, han fracasado. Las conversaciones, iniciadas en diciembre, se rompieron debido a desacuerdos sobre la estructura de la fusión.

La propuesta de Honda
Y es que Honda propuso convertir a Nissan en una subsidiaria, lo que fue rechazado por el CEO de Nissan, Makoto Uchida, quien expresó preocupaciones sobre la autonomía y el futuro de la empresa. Este desacuerdo llevó a Honda a exigir la dimisión de Uchida como condición para reanudar las negociaciones.
La planta de Sunderland ha sido fundamental en la estrategia de vehículos eléctricos de Nissan. Recientemente, se anunció que recibiría hasta 340.000 trenes motrices eléctricos anualmente de una nueva fábrica de Jatco Ltd., programada para completarse en 2026. Este suministro es parte de los esfuerzos de Nissan para cumplir con los estrictos mandatos de vehículos eléctricos establecidos por el gobierno británico.
Es de anotar que la situación actual de Nissan refleja los desafíos que enfrentan los fabricantes de automóviles tradicionales en un mercado global en rápida evolución. La transición hacia autos eléctricos y las presiones financieras requieren decisiones estratégicas audaces. El posible cierre de la planta de Sunderland no solo afectaría a miles de empleados, también podría tener repercusiones significativas en la economía local y en la posición de Nissan en el mercado europeo.