Noruega dispone de unos nuevos recursos de fosfato suficientes para satisfacer las necesidades de este material en todo el mundo durante al menos 50 años. Se utiliza en fertilizantes, microchips y en la fabricación de baterías de coches eléctricos, por lo que podría implicar dejar de depender de otros países.
Una empresa minera asegura haber encontrado en Noruega un depósito de fosfato que contendría al menos 70.000 millones de toneladas de este material tan valioso y necesario en la actualidad para impulsar las energías renovables, alternativas a los combustibles fósiles.
Con esta cantidad, el país podría satisfacer las necesidades de todo el planeta durante al menos 50 años. Entre los destinos del fosfato, está la fabricación de fertilizantes, de microchips para dispositivos electrónicos y de baterías eléctricas, estas últimas necesarias para las formas de movilidad ‘cero emisiones’ que Europa quiere comercializar en exclusiva a partir de 2035.
El valor del fosfato en el mercado es de unos 313 euros por tonelada métrica, lo que aportaría un gran beneficio a la compañía encargada de extraerlo, además de permitir que Europa deje de depender de otros países para conseguir este material.
La cantidad encontrada en Noruega es prácticamente la misma que la existente en los depósitos de todo el mundo, cifrados en un total aproximado de 72.000 millones de toneladas, repartidas entre Marruecos, China, Egipto y Argelia.