Podio para Sainz con mucho mérito, solo contra los dos Red Bull y Leclerc

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Max Verstappen tampoco perdonó en el Gran Premio de Italia, uno de los que más le ha costado ganar este año, donde le plantaron cara desde la salida durante 15 vueltas, que este año es mucho para su dominio y superioridad de su coche.

Lo hizo Carlos Sainz, defendiendo su pole con uñas y dientes contra todos hasta que el bicampeón, casi tricampeón, le agarró sudando la gota gorda en el ‘curvone’ y tras un rueda a rueda emocionante le ganó el interior.

Le tocaba a Carlos tras Hamilton, Leclerc, Gasly, Ricciardo y Verstappen, pero la fuerza de Red Bull fue mucho mayor que la de maldición del ganador de los cinco últimos años y sumó su décima victoria seguida esta temporada, otro récord absoluto en la historia de la F1. Y la 14 seguida de Red Bull, que lleva mejorando esto ya un mes. Es lo que hay.

El milagro de Sainz pasaba por aguantar en la salida y tirar a calzón quitado, como decían ayer los suyos. Lo hizo, con menos ala aprovechó a poner pies el polvorosa en recta y Max se le acercaba en curvas (con más ala en el coche), sin poder pasarle. Lo probó en la 6 y Carlos le dio el primer calambrazo. «¿Ha sido algo sucio?» decía ‘Don Limpio’ Max. «Bueno me da igual, se va quedando sin gomas, ya va deslizando, es bueno», añadía con su habitual sobradez.

Sainz frenaba larguísimo, atrapado en el DRS del holandés, que a su vez, no era ni molestado por el otro Ferrari, el de Leclerc, misteriosamente lejos y calmado en este tramo de carrera. Luego cuando Max se colocó líder, apretó los dientes para achuchar al 55, toda la carrera, increíble.

Mientras Fernando Alonso dejaba el décimo superado por Hulkenberg, al que luego devolvía la pasada y aguantaba en los puntos hasta el final de la carrera

La parada, la única, en la vuelta 19 cambiando a duros y con Max ya escapado, dejó de nuevo delante a Carlos, que no tuvo un respiro con un Leclerc que volvió a meterle el coche. Se le marchó y tanto se enceló el monegasco que fue superado por Checo al final de recta en el giro 31, en cuanto perdió el DRS de un Sainz muy firme y sin nervios ante el show del compañero.

De forma inevitable retuvo a Checo todo lo que pudo hasta el giro 46, ya casi sin gomas y con una masterclass en defensa que le dio el premio de piloto del día por parte de los fans. Charles no quiso con Checo, pero de nuevo sí con Carlos contra el que se tiró como un poseso poniendo en peligro el tercer puesto del podio, que tenía un gran merecedor en las manos del 55.

Por dentro, por fuera, saliéndose de pista, con avisos por la radio de «no tomes riesgos» (Ferrari dejó este show 10 vueltas, tremendo)... Charles que corría como un demonio con los reglajes copiados de Carlos, tuvo que hincar la rodilla ante un Sainz inspirado y seguro, que nunca iba a soltar un podio forjado a fuego y que con su habitual flema solo decía en la radio «¿chicos, habría que llevar este podio a casa verdad?». Peleó contra Red Bull y contra Ferrari, un podio de oro del primer piloto de Ferrari.

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