La gran temporada de Red Bull, con 14 victorias seguidas (15 si contamos la última de 2022), está teniendo secuelas más allá de las deportivas. Esta es divertida, pero ejemplifica el torrente de victorias que inunda la sede energética en Milton Keynes, cerca de Londres.
El actual campeón del mundo, en vías de repetir doblete por segundo año seguido, ha tenido que encagar un nuevo armario gigante para la ingente cantidad de trofeos que ya han dejado sin un centímetro los anteriores.
Dos de ellos además se rompieron en las celebraciones del podio y las posteriores del equipo, tanto el de Hungría como el siguente de Spa, el primero valorado en más de 30.000 euros, hecho a mano por artesanos húngaros y que tuvieron que reponer.
«Es un buen problema la verdad. Soy supersticioso, no me gustan los armarios vacíos. Ya hemos pedido otro… y ya lo hemos llenado», asegura Christian Horner, jefe del equipo que suma 36 copas entre las victorias de Max, de Checo y las que recibe el constructor también los domingos. Contando los anteriores podios ya son 197 los del equipo, es decir, cerca de 400 copas de diferentes tamaños y volúmenes (una para el piloto, otra para el equipo).
«No es habitual que tengas la oportunidad de hacer esto. Creo que, como equipo, pasamos por los primeros años de construcción para llegar a donde llegamos entre 2010 y 2013, con Sebastian Vettel. Alcanzamos algunos máximos bastante elevados. Luego tuvimos siete años difíciles en los que nunca perdimos el foco en cuál era nuestra meta y nuestro objetivo», asegura.
Están en camino de ser el primer equipo que gana todas las carreras una temporada. De momento, las 14 seguidas ya es récord total, como las 10 de una tacada de Verstappen.
Y alguno faltará, porque en 2014 seis asaltantes encapuchados empotraron un todoterreno contra una de las entradas de la fábrica y sustrajeron sesenta trofeos, la mayoría réplica, si bien diez días después veinte de esos trofeos fueron rescatados del lago Horseshoe, cerca de Sandhurst, algunos en muy mal estado, lo que probó, según Horner, que lleva siendo el jefe del equipo casi cuatro lustros, que había sido un asalto sin sentido.