Schumacher, 10 años después: el hombre que vive sin futuro

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Diez años. Una eternidad. Se ha vuelto normal hablar en pasado de un hombre que vive sin futuro. Una situación escalofriante. La peor para la familia que afronta el drama día tras día con extraordinaria dignidad, mientras el mundo entero le recuerda puntualmente el 29 de diciembre.

Una existencia difícil, desgraciadamente sin grandes perspectivas. Michael Schumacher está desconectado de la realidad, está vivo, pero no bien. Se podría decir que vegetal. Una palabra que nadie se siente capaz de pronunciar por la crudeza que representa.

Porque el 3 de enero el «Kaiser» cumplirá 55 años. Es curioso, pues, que el foco se encienda puntualmente el 29 de diciembre de cada año, no para conmemorar la fecha de su nacimiento, sino la de su accidente. Schumi «desconectó» tras su accidente en Meribel (Francia), donde había ido a esquiar con su familia. Se suponía que iba a ser un día de diversión y se convirtió en tragedia.

Un accidente sangriento: una caída sobre piedras que emergían de la nieve y el impacto de la cabeza contra una roca. En medio, el soporte de la micro-cámara rompiendo el casco y causando una gravísima lesión cerebral. El ganador de siete títulos mundiales de F1, el piloto más laureado de la historia de los GP se rinde a una caída trivial. La noticia da la vuelta al mundo y consterna a todos los aficionados que han seguido las hazañas del alemán en la pista.Michael Schumacher, Mercedes GP

Photo by: Mandoga Media

Michael Schumacher, Mercedes GP

‘Michael está vivo’, explica Nicola Acciarri, experto neurocirujano de Bolonia, ‘gracias al amor de su familia y al carísimo tratamiento que le permite llevar una vida pasiva. En diez años nunca se ha hablado de mejoría, pero no saben lo complicado que es incluso mantenerle: a los daños neurológicos se suman otros problemas difíciles de gestionar, como la pérdida de peso y de tono muscular, el endurecimiento de las articulaciones, por no hablar del riesgo de úlceras por presión».

En resumen, su esposa Corinna y sus hijos Mick y Gina Maria luchan contra el deterioro orgánico y no dudan en asumir los costos, que para otros son inasumibles, de Michael. Jean Todt, una de las pocas personas autorizadas a visitar a Schumacher, admitió en una entrevista a L’Equipe que su amigo «…está ahí, pero ya no es lo que era».

El periódico alemán Bild reveló que entre los intentos clínicos llevados a cabo estaban también los estímulos sonoros: Michael habría sido llevado a una pista en un Mercedes AMG con la esperanza de que ciertos sonidos familiares para él pudieran despertar algunas neuronas. La familia no ha hecho comentarios. Evidentemente, no se deja nada al azar, pero la sensación es que se trata sólo de paliativos. Dejémoslo en paz, como quiere Corinna. No levantemos las siempre falsas esperanzas.

El compromiso de Mick es admirable. No es un as de la pista como su padre, pero su motivación es enorme: contribuir al cuidado del Kaiser es un impulso importante para un chico de 24 años que debería vivir las carreras como una diversión y que, en cambio, siente la fuerte responsabilidad no sólo del apellido que lleva, sino también por el compromiso que quiere asegurar en el papel que ha asumido en casa. Y no es poco…

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