Los autos más modernos de combustión tienen grandes tecnologías en sus software. Hasta por medio de un teléfono o computadora se puede fácilmente controlar el carro si se entra al sistema. Muchos fabricantes pueden saber a través de la computadora del auto, todos los sensores, sistemas de navegación y seguridad, entre otros.
El gran problema de la tecnología, en el caso de los autos, es que pueden ser hasta más fáciles de robar, que los modelos viejos. Esto gracias a diferentes dispositivos que interceptan la señal del auto, o simplemente con lograr un acceso al vehículo, se puede hurtar. Sin embargo, los autos eléctricos de hoy en día han blindado su sistema de seguridad, pero todavía pueden ser propensos a hackeos.
Los autos eléctricos como el Tesla pueden ser más difíciles de hackear
Los automóviles eléctricos están a la vanguardia de la innovación automotriz y ofrecen soluciones de transporte tecnológicamente avanzadas y respetuosas con el medio ambiente. Sin embargo, como ocurre con cualquier dispositivo conectado, existe preocupación sobre la posibilidad de un hackeo.
Los carros eléctricos, al igual que los vehículos a combustión, dependen de una compleja red de sistemas electrónicos para funcionar. Estos sistemas controlan todo, desde la aceleración y el frenado hasta las funciones de entretenimiento y conectividad. Si bien los autos eléctricos están diseñados con sólidas medidas de seguridad, no son inmunes a la posibilidad de una intervención ajena.
Funciones conectadas: muchos automóviles eléctricos vienen equipados con funciones de conectividad avanzadas, como acceso remoto a través de aplicaciones móviles, actualizaciones de software inalámbricas y sistemas telemáticos. Estas características, si bien son convenientes, introducen posibles puntos de entrada para ataques cibernéticos si no se protegen adecuadamente.
Vulnerabilidades en software y sistemas: como ocurre con cualquier dispositivo electrónico, los automóviles eléctricos pueden ser susceptibles a vulnerabilidades de seguridad en su software y sistemas operativos. Los piratas informáticos podrían aprovechar estas vulnerabilidades para obtener acceso no autorizado a los sistemas del vehículo.
Comunicación inalámbrica: Los automóviles eléctricos dependen de protocolos de comunicación inalámbrica para funciones como entrada sin llave, arranque remoto y comunicación entre el vehículo y la infraestructura. Si estos canales de comunicación inalámbrica no están adecuadamente protegidos, podrían ser atacados por piratas informáticos.
Privacidad de datos: los automóviles eléctricos recopilan y almacenan varios tipos de datos, incluido el comportamiento de conducción, información de ubicación y configuraciones personales. Si el almacenamiento y la transmisión de datos de un vehículo no están protegidos adecuadamente, existe el riesgo de que se produzcan violaciones de la privacidad y acceso no autorizado a información confidencial.
Sistemas críticos para la seguridad: En algunos automóviles eléctricos, los sistemas críticos para la seguridad, como los controles de conducción por cable y los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), se controlan electrónicamente. Cualquier compromiso de estos sistemas mediante piratería podría tener graves implicaciones de seguridad.
Es importante señalar que los fabricantes de automóviles y los expertos en ciberseguridad están trabajando activamente para abordar estas preocupaciones mediante la implementación de sólidas medidas de seguridad. Esto incluye cifrado de transmisiones de datos, prácticas seguras de desarrollo de software y actualizaciones de seguridad periódicas para abordar las vulnerabilidades.
De hecho, Tesla hace unos meses fue noticia por el hackeo que hicieron uno de sus dueños para acceder gratis a funciones pagas del sistema del Model 3. En 2022, un joven de 19 años logró intervenir unos 25 Tesla, gracias a unos errores de seguridad del TeslaMate.
Es importante que los propietarios de automóviles eléctricos se mantengan informados sobre las mejores prácticas de seguridad y mantengan actualizado el software de sus vehículos para minimizar el riesgo de un hackeo.