En 1962. Soichiro Honda, cuya empresa automovilística tal vez conozcas, era un hombre con grandes ambiciones. Con la intención de convertir a Honda en una potencia automovilística, decidió que su empresa debía tener su propia pista de pruebas. El holandés John Hugenholtz fue el encargado de trazar el ya icónico circuito de Suzuka, aunque en los dibujos originales el circuito pasaba por encima y por debajo de sí mismo tres veces, lo que habría sido una maravilla.
El circuito de alta velocidad sigue siendo uno de los mejores retos de conducción, con las serpenteantes curvas en «S», los dos Degners que recompensan el compromiso y el paseo en blanco de la 130R, todos ellos puntos destacados en lo que es uno de los circuitos seminales de la F1. Y, además, tiene un cruce que la hace única.
La pista japonesa fue relativamente tardía en el calendario de la F1, haciendo su primera aparición en 1987. Nigel Mansell recordaría bien ese fin de semana, después de sufrir un accidente en la clasificación que le dejó fuera de la carrera, regalando el campeonato de ese año a su acérrimo rival Nelson Piquet.
Un circuito que ha sido testigo de una parte injusta de momentos legendarios de la F1 (sobre todo entre Prost y Senna), un conjunto único de aficionados con un compromiso descarado de jugar a disfrazarse de Fórmula 1, una rueda de la fortuna y una comida estupenda.
Datos y cifras:
Carrera | Gran Premio de Japón |
Lugar | Suzuka, Japón |
Pista | Circuito Suzuka |
Longitud de la pista | 5.807 km |
Distancia de carrera | 53 vueltas / 307.471 kms. |
Sentido de la marcha | En sentido de las manecillas del reloj |
Curvas | 18 (10 Izquierda, 8 Derecha) |
Lugar del Pole Position | Derecha |