La firma Kemperink fue fundada en los 1890 en Holanda y desde su creación se dedicó a modificar vehículos, incluyendo camionetas de carga pesada. Cuando Volkswagen creo las primeras Combis a finales de la década de los 40 y principios de los 50, estas fueron extremadamente populares en los Países Bajos. Lo anterior no pasó desapercibido para la firma holandesa, quien creó el Bestelwagen.
A pesar de que Volkswagen ya producía varios modelos para el trabajo como el Transporter tipo panel, pick up, ambulancias y modelos para bomberos, entre muchas otras, muchos comerciantes demandaban vehículos que ofrecieran más espacio. Y es cuando aparece en escena la empresa Kemperink, que ofreció una solución funcional. En 1954 construyeron el que fue el primer Volkswagen Transporter de caja larga o Long Wheelbase (LWB).
Gran capacidad de carga
La transformación básicamente se centró en alargar el chasis de un Transporter Pick-up y se le instaló una caja. Con estos ligeros cambios el espacio de carga era mayor. Estos vehículos ofrecían 10 metros cúbicos en su interior, comparados con los cinco de los modelos originales. Sin duda, se convirtieron en una de las mejores opciones de carga en ese entonces.
El motor todavía era el original de 1192 cc con 40 caballos de fuerza, insuficientes para mover con rapidez la enorme carrocería, cuyo peso, ya con la modificación, se ubicaba entre los 1,200 y 1,315 Kg.
La primera unidad fue entregada a una fábrica de colchones en Rotterdam y luego una compañía de galletas ordenó varias más. Fue tal el éxito del Bestelwagen, que la fábrica muy pronto recibió órdenes de compra de la célebre compañía de ropa C&A e incluso del ejército holandés.
El Bestelwagen siguió en producción hasta la década de los sesenta, cuando salió de la fábrica el último ejemplar. En la actualidad, en algunos lugares y eventos de Europa es posible ver algunos de estos modelos, la mayoría de los cuales han pasado por una minuciosa labor de restauración.