El Yamaha TMAX es uno de esos nombres que se mantienen en el mercado de manera eterna. Pasan los años, pasan las modas, aparecen y desaparecen modelos, vienen nuevas formas de movilidad con motores eléctricos o incluso híbridos, dos y tres ruedas, etc. Sin embargo, el maxi-scooter japonés ahí sigue. Y no de una manera testimonial. De eso nada. Año sí y año también es uno de los nombres que ves en la parte alta de las listas de de motos más vendidas en las ya más de las dos últimas décadas.
Manteniéndose siempre fiel a su ADN primigenio, el Yamaha TMAX ha sabido evolucionar y adaptarse en cada momento a las necesidades y gustos de los usuarios, pero es constante la mezcla muy oportuna y acertada de deportividad y funcionalidad.
A esto hay que añadirle un plus de estética, rompedora en sus inicios y que, con cada evolución, ha sabido captar la atención del público, además de aplicar últimas tecnologías que no sólo lo han convertido en uno de los scooter más avanzados de cada momento sino también una punta de lanza para el motociclismo en general.
Vamos a repasar cuáles son las razones por las que el Yamaha TMAX se ha convertido en un modelo legendario, incluidas sus versiones más recientes.
Pensar en el TMAX va de la mano de las altas prestaciones. Para muchos, se trata de un scooter elegante y llamativo, pero cuando viene acompañado de un rendimiento impresionante lo posicionan como una auténtica superdeportiva. No sólo lo sabemos por sus aceleraciones fulminantes (¿quién no ha visto salir como un cohete un TMAX al abrirse un semáforo?) sino que es sorprendente ver cómo se mueve en una carretera de curvas o incluso en circuito. En buenas manos, puede dejar a una deportiva a la altura del betún… Esto permite que las sensaciones a bordo no sean sólo las de un vehículo para ir de puerta a puerta, algo para lo que es perfectamente válido, sino que podamos tener sensaciones más típicas de una moto convencional y de corte deportivo.
Pionero. El scooter que siempre quiso ser motocicleta
A su llegada en el recién estrenado siglo XXI allá por 2001, lo primero que sorprendió fueron sus prestaciones. El poderío de su bicilíndrico venía acompañado por un chasis y unos componentes que se parecían más a los de una moto deportiva, por lo que el Yamaha TMAX es el auténtico pionero de los maxi-scooter deportivos tal y como los conocemos hoy por hoy.
Con el paso de los años y en las sucesivas actualizaciones, este aspecto se ha visto potenciado y podemos decir que su comportamiento es perfectamente equiparable al de una moto convencional deportiva. Es obvio que no es lo mismo y nunca lo será, pero el Yamaha TMAX siempre ha tenido unas características que le han hecho tener una vocación de motocicleta. Y lo ha conseguido.