Un total de 63 vueltas tuvo la carrera del Gran Premio de Emilia Romagna. De todas ellas, unas 55 fueron de las que es bien necesario tomarse un café bien cargado. Sin embargo, las últimas ocho supusieron lo que en Ferrari han visto como un cambio de tendencia en la F1, con un Lando Norris que estuvo muy cerca de batir a Max Verstappen.
De derrotar al neerlandés. De hacerlo, además, teniendo que adelantarle en pista. Llegó a su posición. Se puso en DRS. Y entró a medio segundo. Porque no pudo. Porque la batalla, posiblemente un anticipo de lo que bien puede estar por llegar, fue ‘light’ para lo que pudo haber sido.
No había ni hay mucha opción al adelantamiento en Imola, pista de la vieja escuela en la que gran parte de lo que sucede se decide en la clasificación del sábado. Sin embargo, Norris estuvo a punto de dar un buen susto a Verstappen como ya hiciera en Miami.
Esas radios…
Ahí fue Lando el que tiró ante un Max incapaz de seguir su ritmo. En esta ocasión, la gestión de gomas del inglés hizo que llegase más fresco al tramo final de la carrera. Todo se quedó en un ‘casi’.
En un ‘casi’ que han analizado en Red Bull, y han visto algo en McLaren y en Norris que bien pudo, según dicen, jugar en contra del inglés. Es algo de lo que no pocos pilotos se quejan.
Pero que tanto suelen gustar al consumidor. Se trata de las radios, unas que sonaron en el McLaren cuando, con Norris yendo a plena potencia, le pidieron que fuera incluso más fuerte. Que empujase más.
Para Helmut Marko, asesor de Red Bull, esto fue contraproducente para Norris: «No ayudan cuando estás concentrado en una situación así».
«Iba al límite y le dice que…»
«Fue un mensaje interesante el de su ingeniero. Conduces al límite… y le dice que vaya más deprisa», cuenta en palabras que recogen en ‘Planet F1’.