La esplendorosa de la presentación de Adrian Newey en Aston Martin fue desconcertante, sobre todo cuando sigue siendo empleado de Red Bull.
En Gran Bretaña hizo acordar a cuando el futbolista Paul Ince posó para fotografías con una camiseta del Manchester United cuando aún era jugador del West Ham United en 1989.
La fotografía fue expuesta por los medios de comunicación antes de que Ince hubiera firmado y fue duramente criticado por hacerlo antes de completar el fichaje.
Sin embargo, aquel incidente fue un desafortunado error, mientras que la revelación de Newey estaba muy pensada para el público.
Uno se pregunta cómo fue recibido tanto en la fábrica de Red Bull en Milton Keynes como en la sede central de la compañía en Austria.
Ver a Newey desfilando por la flamante fábrica de Aston en Silverstone y luego hablando efusivamente -y largo y tendido- de su alegría por incorporarse como accionista y Socio Director Técnico, parece que no cayó bien en quienes todavía son sus empleadores.
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