Charles Leclerc, de Ferrari, logró un impresionante rendimiento durante 33 vueltas para ganar el Gran Premio de Italia 2024 de Fórmula 1, lo que ha evocado recuerdos de otros momentos famosos de la historia del automovilismo.
En el GP de México de 2022, Max Verstappen, de Red Bull, logró 38 vueltas seguidas en el mismo tiempo (1m38s), mientras que las 24 Horas de Le Mans de 1983 terminaron con los Porsche 956 ocupando nueve de las 10 primeras posiciones.
La segunda actuación de Leclerc en Monza se ha comparado en Internet con un anuncio producido posteriormente por Porsche en el que se aludía con autocrítica a su logro, reconociendo que no había conseguido barrer a los 10 primeros con el titular «Nadie es perfecto».
En un pequeño paralelismo, Leclerc, una vez completada su vuelta en falso con los neumáticos duros para reincorporarse detrás de Lando Norris de McLaren, realizó dos vueltas en 1m24s y una en 1m23s que finalmente necesitó para conservar sus neumáticos y llegar al final con una sola parada.
Leclerc entonces dio rienda suelta a una carrera impresionantemente consistente hasta la bandera – con sus 33 vueltas en el 1m23s suficiente para mantener a raya a los dos McLaren que venían por detrás y asegurar una segunda famosa victoria de Monza para Ferrari en su carrera de casa.
McLaren le había dicho a Piastri que necesitaba hacer 1m22.0s para alcanzarle, pero sólo lo consiguió (en realidad por debajo de 1m21s) en las dos últimas vueltas de su tercer stint y se quedó a 2.7s de Leclerc.
Cuando se le preguntó sobre su racha de 1m23s en la rueda de prensa posterior a la carrera de Monza, Leclerc dijo que lo había conseguido centrándose únicamente en no sobrecargar su neumático delantero izquierdo en medio del importante factor de graining en ambos ejes para todos los coches la semana pasada en la nueva superficie de la pista.
El alerón trasero «especial Monza» de Ferrari, de muy baja carga aerodinámica, fue parte de la forma en que se logró el equilibrio del coche necesario para mantener el graining bajo control, y Leclerc tuvo que evitar forzar demasiado con el subviraje inducido por el graining en las curvas más rápidas y largas de Monza (Lesmo 2, Ascari y Parabolica) para mantener vivo su neumático delantero izquierdo.
«Pude ver que había un poco de graining, y realmente no quería que empeorara», explicó. «De lo contrario, sabía que esto era lo que me haría perder esta carrera.
«Desde que puse el duro en el coche, ese fue mi único objetivo. Sabía que era fundamental no abrir demasiado este graining. Y hemos hecho un trabajo realmente bueno.
«En cuanto tuve aire libre, pude cambiar un poco el equilibrio del coche y poner más tensión en los neumáticos traseros, que era exactamente lo que quería hacer. Y en cuanto cambió ese equilibrio, sentí que volvía el ritmo».
Leclerc también comentó su de vueltas finales, «al igual que en 2019 [la primera vez que ganó en Monza], las últimas 3, 4, 5 vueltas fue bastante difícil mantener los ojos en la pista».
«Obviamente estaba mirando un poco en la tribuna», añadió. «Pude ver que todo el mundo estaba de pie y eso fue muy agradable de ver.
«En 2019 recuerdo que mi mamá también estaba en la tribuna porque no logré tener un pase de paddock para ella. Este año, ella realmente tenía un pase de paddock, así que es bueno. Ella pudo ver y experimentar ambas cosas, una vez en la tribuna y otra en el paddock.
«Es una sensación muy especial. También pude ver algo de humo rojo en un momento dado. Así que sabía que todo el mundo estaba súper emocionado, pero también sabía que tenía que terminar el trabajo y que tenía que mantenerme en él porque Oscar tenía un ritmo realmente bueno.
«En las últimas cinco, seis vueltas, sentí que lo teníamos. Los neumáticos se sentían bien y pude ver que Oscar no era tan rápido como para alcanzarme antes del final de la carrera si yo no cometía ningún error».
