Siete años, más de siete años mejor dicho, han pasado desde la primera victoria de Max Verstappen en la Fórmula 1. Sí, se dice pronto, y parece mentira que haya que echar tantísimo la vista atrás para recordar el primer triunfo en la F1 de un piloto que tan solo tiene 25 años. Que aún así, tiene dos Mundiales que muy posiblemente sean tres en breve. Y que vio cómo todo comenzó en España.
Porque fue en el Gran Premio que se disputó en Montmeló cuando logró su primer triunfo. Cuando, en su primera prueba en Red Bull, se subió a lo más alto del podio para batir el récord de precocidad de Sebastian Vettel con su victoria en Monza con el Toro Rosso.
Ahí fue donde todo empezó. Ahí, cuando le subieron a la escudería ‘grande’ para bajar a Daniil Kvyat a los de Faenza. Y a la primera, victoria.
«Estás pilotando paraRed Bull. Te preparas, viajas a Barcelona… y con un coche nuevo para mí, todo nuevo», dice.
«Ni tenía el carnet de conducir»
Y apunta: «Ni siquiera tenía el carnet de conducir. Tenía 17 años».
«El coche se sentía muy bien… pero fue un shock ver cómo los Mercedes chocaban entre ellos y de repente ya era segundo. En el peor de los casos hago un cuarto; en el mejor, subo al podio», afirma.
Sufrió. Sufrió bastante: «En las diez o quince últimas vueltas era como pilotar sobre hielo. Las ruedas traseras estaban desgastadas, y fue muy loco».
«Mi padre estaba emocionadísimo, y su nariz empezó a sangrar. Ya al entrar en la última vuelta sabía que lo tenía. Raikkonen no me iba a pasar», sentencia.
