Max Verstappen habla más claro que el resto en Red Bull, donde todos buscan el error. Checo cree que ya está encontrado el problema pero Max habla abiertamente de que no puede pelear por el título con este coche ni con 62 puntos de ventaja. Ni siendo segundo en el resto de carreras, ya que aún hay varias al sprint: «Si quiero ganar el título tengo que volver a ganar carreras. ¿Si me importa solo haber cedido 8? Ni lo pienso, solo veo que a este paso perdemos los dos títulos. El año pasado teníamos un gran coche, que era el más dominante de todos los tiempos, y básicamente lo convertimos en un monstruo», afirma.
En Monza facturó su peor posición en parrilla este año exceptuando la carrera que penalizó en Bélgica, la peor posición real desde Singapur 2023, hace un año. En carrera venía de ganar en 2023 y esta vez acabó sexto, impotente para atacar o defender. Nada.
Es la guinda del giro con la ventaja con la que arrancó 2024 cifrada en 20 segundos y que se ha dado la vuelta a perder por 22 en Holanda hace una semana o 35 ayer en Monza, con Norris y el McLaren maravilla al que todo lo que se le mete le hace más veloz, justo al contrario que en Red Bull desde que Adrian Newey anunció su marcha: «Mera coincidencia, tiene que pasar más tiempo para que eso se note», dice Max en Monza. La F1 cifra la remontada en 0.4 segundos mejor desde Bahréin hasta Italia.
El caso es que en Red Bull andan buscando en qué momento se desviaron en el camino de sus propias mejoras y quedaron estancados: en poles desde Imola en abril, en victorias desde España en junio. Era tanta la ventaja (y tanto el jaleo en Woking) que siguen en la pomada, pero McLaren ya es claramente mejor y alternativamente Mercedes gana carreras, y Ferrari cuando puede mete cuña como ayer en Monza.
Cuentan las malas lenguas que alguna directiva técnica de la FIA, de esas que prohiben de una carrera para la otra este o aquél sistema, ha podido arruinar su marcha. Checo se quejaba en Monza que el coche frena bien hacia un lado y mal hacia el otro, lo que ha levantado una ceja de más de un ingeniero. Claro que también se habla, y no pocos, de que el milagro McLaren tiene algo aún no encontrado por la FIA y que saldrá en cualquier momento…
El caso es que en el equipo campeón señalan a un alerón delantero como causa, que parece bloqueado, con cada actualización es más inestable y difícil de pilotar desde el GP de China, con más carga aerodinámica, pero un equilibrio cada vez más imprevisible. En unos circuitos va y en otros no, como los demás, ya no es el coche fantástico. «No lo encontramos, no sabemos qué es», insiste Max.
En la clasficación de Monza, en la Q2 marcó la segunda vuelta más rápida con 1:19.662 y fue incapaz de repetir en la Q3 10 minutos después. «No hemos cambiado nada en la puesta a punto desde el tercer entrenamiento. De repente, los pilotos no reconocieron su coche», dijo el director deportivo Helmut Marko.
«No tenemos subviraje o sobreviraje constantes, sino ambos juntos en una curva. Por ejemplo, subviraje hasta el vértice y sobreviraje al salir de la curva. Si arreglas un lado, el problema empeora en el otro», subraya Checo Pérez.
Van y vuelven probando piezas y soluciones de varias carreras atrás, o hacia adelante buscando el punto de inflexión, con versiones híbridas del fondo plano, y del alerón, lo que no gusta a Verstappen, que cree que hay que mirar hacia adelante. «Es difícil entender por qué se nos fue de las manos. Hemos estado luchando para equilibrar el coche desde hace algún tiempo, pero eso está perjudicando, por supuesto, nuestro rendimiento en una vuelta, pero también en tandas largas», asegura.
«Parece que somos demasiado lentos, pero también bastante malos en cuanto a degradación en este momento. Eso es un poco raro porque creo que en los últimos años normalmente hemos sido bastante buenos en eso. Ha habido algún problema con el coche que debemos solucionar y rápidamente. Ojalá podamos mejorar en las próximas semanas», dice con poca certeza. «Tenemos que afrontar la verdad. Nuestro coche ya no es el que teníamos al principio de la temporada, tenemos que encontrar dónde nos equivocamos», reconoce Marko.