Honda dio un paso significativo en su estrategia hacia la electrificación con la apertura de una planta de producción de vehículos eléctricos en Wuhan, China. Esta instalación, que surgió tras la colaboración con su socio estratégico Dongfeng, es la primera de Honda dedicada exclusivamente a la fabricación de vehículos eléctricos y cuenta con una capacidad anual de 120.000 unidades.
Dentro de las características más destacadas de esta planta se encuentra su alto grado de automatización. La implementación de tecnologías avanzadas y sistemas automatizados ha permitido reducir en un 30% la necesidad de trabajadores humanos en comparación con fábricas tradicionales.
En tal sentido, procesos como la logística de piezas y el manejo de componentes pesados, como paquetes de baterías y carrocerías, han sido automatizados, mejorando la eficiencia y reduciendo costos. Lo que se traduce en un ahorro en todo el sentido de la producción.

Robots e inteligencia artificial
Además, la planta incorpora inteligencia artificial para optimizar tareas críticas, como las soldaduras, esto genera una mayor precisión y calidad en la producción. Estas innovaciones no solo agilizan el proceso de ensamblaje, sino que también contribuyen a una producción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Esta iniciativa de Honda no sólo reduce gastos, también acelera la fabricación del P7, un SUV eléctrico desarrollado en colaboración con GAC. Así las cosas, en esta planta ya se produce este modelo, que se presentó recientemente, y que se posiciona como un competidor directo del Tesla Model Y, con una longitud de 4,75 metros y opciones de motor que van desde los 268 hasta los 469 Hp. Su autonomía alcanza hasta 650 kilómetros según el ciclo chino CLTC, gracias a una batería de 89,9 kWh de capacidad.
Hay que decir que Honda no es la única compañía en automatizar sus procesos, Dongfeng, Mercedes-Benz y BMW también están reduciendo mano de obra humana en sus plantas. Entre las ventajas de utilizar esta estrategia se encuentran: Menos errores en producción y mayor velocidad de fabricación. No obstante, también se presentan desventajas como la pérdida masiva de empleos y el impacto social a futuro.
Por lo pronto, la proyección de la compañía japonesa es superar el 50% de automatización en sus procesos en los próximos años. Y es que la automatización industrial es inevitable, pero debe manejarse con responsabilidad social. Si bien reduce costos y aumenta la eficiencia, el desempleo tecnológico podría generar crisis económicas.