Desde 2020, cada 04 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad con el objetivo de dar visibilidad a esta problemática y buscar soluciones para afrontarla. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la obesidad es uno de los principales factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, entre otras.
Susan Bowerman, directora de nutrición de Herbalife explica que más allá de alcanzar ciertas medidas y enfocarse en la pérdida de peso, es fundamental encontrar hábitos adecuados que fomenten una relación saludable con la comida, impulsen un estilo de alimentación consciente y hagan frente a esta problemática de manera sostenible en el tiempo.
Así, a continuación, la experta en nutrición de Herbalife comparte 11 recomendaciones para lograrlo:
No te concentres solamente en la pérdida de peso: Prioriza mantener una dieta saludable, hacer ejercicio y mantener este equilibrio a lo largo de tu vida.
Establece y celebra tus objetivos: Reconoce cada logro por mantener un peso adecuado, ya que esto te permite ver hasta dónde has llegado, y no hasta dónde tienes que llegar. En lo que se refiere a perder peso, un ritmo lento y constante es lo mejor, aunque en ocasiones puede parecer frustrante.
Evita las dietas de moda: Estas podrían hacer que pierdas peso temporalmente, pero no es una manera sana, ya que te arriesgas a perder masa muscular, en lugar de perder grasa corporal. Recuerda que la meta no solo debe ser perder peso, sino cambiar definitivamente tus hábitos.
Asegúrate de ingerir suficiente proteína: La proteína tiene un papel importante, ya que ayuda a controlar el hambre y a sentirte satisfecho.
Incorpora refrigerios saludables: Hoy en día, los refrigerios contribuyen a casi una tercera parte de la ingesta diaria de energía. Tomar refrigerios con alto contenido de proteína puede ayudarte a sentirte satisfecho y podrían hacer que comas menos en tu siguiente comida.
No reduzcas demasiado las calorías: Hacer dieta no es qué cantidad comes, sino qué es lo que comes, puesto que la elección de alimentos es lo que más afecta a la ingesta de calorías. Las dietas extremadamente bajas en calorías pueden retardar el metabolismo e inhibir la pérdida de peso.
Realiza actividad física: Intenta practicar todos los días algún deporte o realizar por lo menos 30 minutos de actividad moderada. Incluye prácticas como preferir escaleras en lugar de ascensores, bájate dos o tres paradas antes de tu destino final y camina el resto del trayecto, etc.
Prepara comida saludable: Planear tus comidas con anticipación te ayudará a determinar qué ingredientes necesitas comprar y a surtir tu refrigerador con alimentos saludables. Además, puedes preparar previamente tus comidas para que no optes por comida rápida.
Controla las porciones: Para reducir las porciones, intenta usar platos, vasos, utensilios y cucharas de servir más pequeños. También es bueno poner tu porción en un plato o tazón, en lugar de comer directamente de los paquetes.
Lee la etiqueta de los alimentos: Saber exactamente qué es lo que comes y bebes es importante cuando estás cuidando tu peso. Esto te ayuda a tener toda la información sobre las calorías, el contenido de nutrientes y también el tamaño de la porción.
Opta por desayunos balanceados: Esta comida no solo te ayuda a controlar el peso, sino que también contribuye a mantenerte concentrado en tus actividades. El desayuno debe incluir un equilibrio entre proteína, carbohidratos y grasa. Si tienes un horario apretado, considera prepararte un batido sano en lugar de depender de la comida rápida o de omitir por completo el desayuno.