Sofocleto: El Gigante del Humor

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En toda sociedad, siempre hay personas que dicen la verdad sin miramientos: los locos, los niños, los alienados y los genios humoristas. Los humoristas, por ejemplo, se inspiran en las leyes de la sociedad para exponerlas y desenmascarar lo absurdas que son.

Lógicamente, ningún gobierno celebra que sus leyes sean ridiculizadas y prefieren silenciar a todo aquel que lo intente. No sorprende entonces que “Sofocleto,” luminaria del humor Peruano y el más fino humorista del continente, haya sido exiliado y encarcelado varias veces.

Aún así, Sofocleto vivió gran parte de su vida en el Perú. Y su legado reivindica la picardía y genialidad del humor Peruano.

El Genio de Paita



 
Luis Felipe Angell nació en Paita, Perú, en 1926. Su familia era muy culta y le inculcaron el amor por los libros desde muy tierno. Además de lector precoz, Luis Felipe Angell era muy vivaz, y observaba a los adultos con cierto aire irónico y crítico. A sus cuatro años, su familia se mudó a Lima. Tiempo después, sus dos tíos abuelos le dejaron como herencia una biblioteca de más de 25,000 volúmenes. Sus lecturas se ampliaron significativamente y así adquirió una gran erudición.

A poco de iniciar la educación primaria, Luis Felipe ya escribía versos y décimas, y dominaba varios idiomas. Con semejante talento, los mejores colegios de Lima lo habrían recibido con los brazos abiertos. Pero por entonces Luis Felipe ya mostraba la aptitud del genio: reconocer las ironías del mundo y rebelarse contra ellas. Su carácter rebelde e iconoclasta le trajo muchos problemas. Luis Felipe se pasó la vida escolar burlándose de sus maestros y de sus reglas disciplinarias. En una ocasión hasta escribió un panfleto titulado “ABAJO LOS CURAS.” Y fue así como este genio fue expulsado de los colegios Maristas, La Merced, la Inmaculada, el San Agustín y el San Andrés. Su vida universitaria fue igual de rocambolesca.

‘El Arte de No Tener Enemigos’



 
Siendo políglota y escritor, Luis Felipe se hizo diplomático en 1951. Escribió esporádicamente para algunas publicaciones. Su agudeza e ingenioso seudónimo, “Sofocleto,” (en honor a Sófocles, el poeta griego) le hicieron ganar popularidad. En 1967, abandonó la diplomacia para dedicarse a escribir a tiempo completo.

En Octubre de 1979, publica el diario «Don Sofo.» Tenía sólo dos páginas, escritas por él mismo. A Sofocleto, quien vivió durante tres regímenes militares (Odría, Velasco y Morales Bermudez), no le temblaba la mano al escribir sátiras contra los déspotas. Sus fricciones con los dictadores y presidentes de turno eran continuas. Además de pasar tres años y medio en prisión, fue expulsado del país en cuatro ocasiones. Pero Sofocleto jamás se amilanó, consciente de su rol intelectual y el uso del humor como una herramienta democrática. Se ganó tantos enemigos que alguna vez declaró que «la mediocridad es el arte de no tener enemigos.»

«Don Sofo» se publicó por más de siete años. A pesar de las represalias y un intento de asesinato, y de resistir «las millonarias tentaciones puestas en el camino,» el humorista se enorgullecía de «decir la verdad y sacar el pecho en vez de sumarse al silencio cómplice.» Sofocleto indicó que, en el Perú, la honestidad y la ética casi siempre se «condecoraban con atentados dinamiteros» o con «atentados de bala.»

Cuando acabó la dictadura, Sofocleto escribió para el diario Expreso. Dijo que era natural escribir para ese diario, pues él mismo había sido un ex-preso.

Para Sofocleto, el humor no era un pasatiempo, sino un medio ideal para enaltecer al público. Sofocleto entendía que habían varias clases de humor; y que desafortunadamente el humor más popular era aquel que sólo promovía la estupidez. Así lo dijo una vez:


‘El humorismo está cargado de filosofía. El humorista no es aquel que hace reír a la gente; sino aquel que la hace sonreír, porque el que sonríe piensa. En la carcajada, no. Si un hombre pisa una cáscara de plátano y se cae, hay cinco idiotas que se ríen. ¿Qué los hizo reír? Algo sin ningún valor intelectual. En cambio, si nutres a la gente con un humor distinto, logras esa satisfacción de hacer cosas positivas”- Sofocleto


En las últimas décadas, Latinoamérica descubrió el talento de Sofocleto. El genio peruano publicó algunas columnas en periódicos internacionales. Fiel a su estilo, Sofocleto continuó sus irónicas sátiras contra la sociedad y contra  la “razón» o «raciocinio”, que él consideraba una trampa, una prisión del intelecto. Fruto de ello fueron sus famosos “Sinlogismos.”

Sofocleto recibió reconocimiento al final de su vida. En el 2003, los Piuranos lo homenajearon con el título de «Hijo predilecto de Paita» y erigieron una estatua en su honor. En dicha ceremonia, Sofocleto, en medio de lágrimas, dijo que «se iba con pena, pero alegre de saber que (a través de su estatua) se quedaría para siempre con su público.»

Sofocleto murió en Lima, en el 2004. Fue un escritor prolífico y desgraciadamente su vastísima obra sigue sin editarse.

He aquí una muestra de sus Sinlogismos:

Beber alcohol mata las neuronas
Las neuronas que mueren son las mas débiles
Si mueren las más débiles quedan las mas fuertes e inteligentes.
Conclusión: cuanto mas alcohol bebo mas inteligente me hago.

Hoy en día los trabajadores no tienen tiempo para nada
Sin embargo sabemos que los vagos tienen todo el tiempo del mundo
El tiempo es dinero
Por tanto los vagos tienen mas dinero que los trabajadores
Conclusión: Para ser rico no hay que trabajar.

Dios es amor
El amor es ciego
Stevie wonder es ciego
Conclusión: Stevie Wonder es Dios

Siempre me dicen que soy un Don nadie
Nadie es perfecto
Entonces, yo soy perfecto
Pero sólo Dios es perfecto
Osea, Yo soy Dios
Umm…pero si Stevie Wonder es Dios
Yo soy Stevie Wonder! Maldita sea! Soy ciego!! ouh!𝔖

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