Dentro de poco más de una semana, la Fórmula 1 volverá a Las Vegas. La expectación en torno a este Gran Premio es grande, pero podría verse perturbada por una huelga.
Según el sindicato Culinary and Bartenders Union, más de 25.000 personas planean hacer huelga este viernes. Esto sólo ocurrirá si el sindicato no consigue llegar a un nuevo acuerdo con MGM Resorts y Wynn Resorts. Caesars Entertainment también era parte del conflicto, lo cual sumaba otros 10.000 trabajadores a una posible huelga, pero el miércoles llegó a un acuerdo después de 20 horas de negociaciones.
Aunque no afectaría a la F1 en sí para el desarrollo del gran premio, podría resultar más que molesto para los visitantes de la carrera.
El grupo sindical afirma que lleva siete meses en conversaciones con los gigantes de la hotelería, pero hasta ahora no ha habido ningún acuerdo nuevo, excepto por el mencionado con Caesars Entertainment. De hecho, desde el 15 de septiembre, los trabajadores se desempeñan con un contrato caducado.
«La propuesta actual es histórica, pero no es suficiente. Los trabajadores merecen un contrato récord, sobre todo porque estas grandes empresas están obteniendo enormes beneficios récord», declaró Ted Pappageorge, secretario-tesorero del sindicato.
Wynn Resorts, que tiene un hotel en el Strip, respondió a la amenaza de huelga, pero quiso decir poco. «Nos guardamos nuestros comentarios sobre las negociaciones para la mesa de negociación», informó el jefe de comunicaciones Michael Weaver.
Si la huelga sigue adelante, será en un momento especialmente inoportuno. Como se sabe, en poco más de una semana comienza allí el fin de semana del Gran Premio de F1. Esto significa que Las Vegas puede prepararse para recibir a muchos turistas. El sindicato está instando a los visitantes a no acudir a los hoteles y casinos de las empresas en cuestión.
La propia F1 no se ha pronunciado al respecto aún. No sería el primer traspié para la categoría reina del automovilismo en Las Vegas. Muchos residentes llevan tiempo quejándose de las molestias causadas por las obras para construir el circuito. Además, la F1 colocó barreras visuales cerca de los caminos peatonales para bloquear la vista del circuito, pero algunos residentes irritados las retiraron. Otros se quejaron de la tala de árboles cerca del Bellagio y de los numerosos atascos debidos a las obras.
