Un reciente estudio informó que tanto la producción y venta de vehículos alrededor del mundo mejoró este año después de los efectos causados por la pandemia de Covid-19 desde 2020. La escasez de microcomponentes en las fábricas fue uno de estos.
A raíz de que el sector industrial en todos los campos se paralizó por las restricciones sanitarias hace tres años, el suministro de componentes para la producción de automotores disminuyó sustancialmente, afectando la oferta en el mercado.
Los fabricantes se vieron obligados a realizar cierres temporales de las plantas, y con ello se registraron importantes pérdidas. Pero en medio de caos generado, surge un panorama alentador que podría elevar de vuelta las proyecciones de la industria automotriz.
¿Qué dicen los estudios en 2023 sobre la producción de vehículos?
Según la firma S&P Global Mobility, el impacto de la escesez de componentes comenzó a disminuir durante 2022, luego de que en durante el 2020 y principios de 2021 se dejaron de fabricar 9,5 millones de vehículos en todo el mundo.
Solo en el tercer trimestre de 2021, que se puede considerar el año más difícil durante la crisis, se perdió la producción de 3,5 millones de unidades. Las condiciones fueron mejoraron progresivamente el año pasado, y las cifras que se reportan en 2023 son alentadoras.
S&P Global Mobility dijo que en lo corrido de los primeros seis meses del año se perdieron 524.000 vehículos. Con este panorama se concluye que la industria se adaptó a la escasez y se produce de acuerdo a las condiciones actuales, pero con notables mejorías.
En el mercado, la demanda sigue superando la oferta y se estima que en 2028 la industria automotriz recupere los niveles previos a la pandemia. Una proyección realizada en 2018, cuando se fabricaron 94,5 millones de vehículos, establecía que 2022 se llegaría a los 100 millones de unidades.
Ahora, haciendo ‘borrón y cuenta nueva’, la barrera de los 100 millones de vehículos producidos y vendidos a nivel mundial en un año, solo podrá ser sobrepasada después de 2030. La industria automotriz se recupera pero aún así, seguirá enfrentando nuevos y diferentes retos.
No existirá zona de confort para los fabricantes.
