Ya es oficial. Después de meses de incertidumbre, de rumores y de especulaciones, hoy hemos conocido dónde pilotará Carlos Sainz la próxima temporada. El madrileño ha elegido Williams como su destino para las dos próximas campañas, una decisión que el madrileño ha tomado tras meses de análisis. Un paso muy meditado, pero ¿por qué Williams? ¿Por qué no Alpine o Audi?
Desde que el pasado mes de febrero Ferrari anunciase el fichaje de Lewis Hamilton, Carlos Sainz se convirtió en uno de los protagonistas de la ‘Silly Season’ de cara a 2025. Son muchas las opciones que el madrileño ha tenido sobre la mesa durante estos meses y, según avanzaba la temporada, unas cogían más fuerza que otras.
Alpine, Williams, Audi e incluso en algún momento Mercedes, son algunos de los equipos que han mostrado su interés por tener a Sainz en sus filas la próxima temporada. Durante semanas, Sainz ha barajado todas sus opciones de futuro, como si se tratase de una margarita que deshojar, para decidir qué equipo era el mejor para continuar su trayectoria en Fórmula 1. Finalmente, Williams ha sido la opción elegida por Sainz, pero ¿por qué?
AUDI, UN PROYECTO TODAVÍA EN CONSTRUCCIÓN
Audi desembarcará en Fórmula 1 en 2026 y la transición lleva meses en proceso. Desde el primer momento, la marca de los aros mostró su interés por Sainz, incluso se habló el pasado mes de abril de una fecha límite para que el madrileño firmara. Sin embargo, y pese a que esa fecha pasó, Audi no tiró la toalla y se mostró dispuesto a esperar a Sainz.
No cabe duda de que ha sido una posibilidad tenida en cuenta por el madrileño. El actual equipo Stake se convertirá en una estructura oficial en 2026, año en el que entre en vigor la nueva normativa, y cuenta con la inversión directa del gigante que es Audi. Por ello, una supuesta llegada de Sainz a Audi debería entenderse como un proyecto a largo plazo, con 2025 como un año de travesía. Además, Sainz se hubiera encontrado con un viejo conocido: Mattia Binotto, quien fuera su jefe de equipo en Ferrari cuando llegó a la Scuderia y quien ahora lidera el proyecto alemán. Un hombre con una dilatada trayectoria en el ‘Gran Circo’ y que, de seguro, era un ‘pro’ en la balanza de Sainz, aunque éste asegura que no iba a influir demasiado en su decisión.
Es de sobra conocido que el fabricante alemán cuando entra en una competición lo hace para ganar, y el último ejemplo de ello es el Dakar que consiguió este mismo año de la mano de Carlos Sainz Senior. Sin embargo, en Fórmula 1 llegan completamente de nuevas, con el desarrollo de una nueva unidad de potencia de la que, por el momento, no tenemos información. A ello hay que sumarle los cambios que se han vivido en la cúpula de la estructura, con las recientes salidas de Andreas Seidl y Oliver Hoffman. Una restructuración temprana que genera sensaciones de inestabilidad en un proyecto cuyos cimientos deben forjarse bien para conseguir crecer en la categoría.
También hay que valorar que, en este momento, Stake está por detrás de Williams en cuanto a rendimiento, así lo refleja el Mundial, pues el equipo de Hinwil ocupa la última posición y sin haber estrenado el casillero. ¿Cuánto tardará Audi en conseguir un proyecto ganador? ¿Tanto a más que Williams?
ALPINE, DONDE REINA LA INESTABILIDAD
Alpine fue el último equipo en mostrar su interés por Carlos Sainz, quizá fue consecuencia de la llegada de Flavio Briatore a la estructura francesa. El italiano ha llegado para cambiar Alpine y conseguir volver a pelear por las posiciones delanteras, tal y como es él, ha prometido una gran revolución.
Sainz ya sabe lo que es ser piloto del equipo francés y en Enstone se le tiene una gran estima, pues cabe recordar que el madrileño fue piloto de Renault entre 2017 y 2018.
Si analizamos la temporada 2024, deportivamente hablando, Alpine sería una mejor opción que Williams. Sin embargo, la inestabilidad y los problemas dentro del equipo son más que evidentes. De hecho, quizá es uno de las estructuras con más ‘líos’ internos. Hace años que Alpine vive en una restructuración constante, la salidas de nombres importantes han sido recurrentes en los últimos años: Pat Fry, Alan Permane, Otmar Szafnauer… y esta misma semana se ha anunciado que Bruno Famin deja su puesto como jefe de equipo interino.
A todo ello hay que sumarle que todo apunta que la próxima temporada dejarán de fabricar sus unidades de potencia para convertirse en cliente de Mercedes. Aunque no completamente, pues montarán cambio y suspensiones propios. Y, por si esto fuera poco, la propiedad de la estructura está muy repartida entre diferentes inversores y los rumores de venta del equipo no cesan. ¿Es este el clima de un equipo al que un piloto desea ir? ¿Cuál será el futuro de la estructura? ¿Qué proyecto está siguiendo Alpine? Son demasiadas las incógnitas que se ciernen sobre el equipo francés y con un rumbo tan incierto, la balanza se ha inclinado en su contra.
WILLIAMS, LA DECISIÓN FINAL
En la balanza de Williams los ‘pros’ están claros: emplea motor, cambio y suspensión de Mercedes, lo que es sinónimo de fiabilidad. Además, es una forma de permanecer cerca de la marca de la estrella y de su ‘mandamás’ Toto Wolff, algo que siempre es positivo y en Fórmula 1 nunca sabes qué puede pasar. A diferencia de otros proyectos como Alpine, la inversión económica en Williams está asegurada tras la llegada de Dorilton Capital. Y a nivel deportivo, hay un reto que de seguro también motiva a Sainz: tener un compañero de equipo fuerte como es Alex Albon. Vencerle en pista con las mismas armas puede revalorizar más la figura de Sainz, algo similar a lo vivido con Lando Norris en McLaren.
Cierto es que no es oro todo lo que reluce y que Williams también tiene sus contras. El equipo de Grove, en la actualidad, no tiene un rendimiento prometedor en pista ni tampoco es una estructura de fábrica, aunque como estamos viendo esta temporada con McLaren, cada vez esto es menos relevante. Y en lo que respecta al proyecto, es una realidad que éste aún tiene que crecer, pues la falta de instalaciones y las flaquezas en sus dinámicas pueden ser una lastre, tal y como se vio en el pasado Gran Premio de Australia, cuando no hubo un chasis de repuesto para Alex Albon.
ENTONCES, ¿POR QUÉ WILLIAMS?
El hecho de montar motor Mercedes, junto con su cambio y suspensiones, es un punto a favor de Williams respecto a Alpine e incluso respecto a Audi, pues los rumores sobre ambas estructuras no son halagüeños. Asimismo, si comparamos la situación deportiva, Williams también ‘gana’ respecto a Audi y no está tan lejos de Alpine. Además, el progreso y la evolución de la estructura desde la llegada de James Vowles es evidente. El jefe de equipo está dispuesto a triunfar con el equipo y los primeros pasos ya se han visto.
En términos económicos, Dorlinton ha mostrado su interés por mantener la inversión y hacer crecer al equipo. Además, Sainz puede ser una revolución para la estructura y aportar nuevos patrocinadores que le hagan crecer más. Esto vuelve a ser un punto a favor del equipo de Grove, aunque es obvio que no se puede comparar con el músculo económico que supone Audi.
Otro punto muy importante a tener en cuenta es el contrato. ¿Qué contrato le ofrecían en Alpine o Audi? En Williams, Sainz ha firmado un contrato de dos años con posibilidad de extenderlo. Pero tiene un importante matiz, que es clave: la flexibilidad. El madrileño quiere volver a un equipo que luche constantemente por las posiciones de cabeza y el contrato firmado con Williams se lo permite si uno de estos asientos se libera. Una condición clave de cara a la entrada de la nueva normativa en 2026. De hecho, de esta situación tenemos un precedente similar, pues cabe recordar que Jenson Button dejó el equipo de Grove en 2006 antes de siquiera correr con ellos a base de dinero. Además, en la Fórmula 1 actual se está demostrando que, más que nunca, los contratos son papel mojado.
Todos ellos son factores que, de seguro, Sainz ha tenido en cuenta a la hora de tomar su decisión. El madrileño ha dejado claro en numerosas ocasiones que ha analizado a fondo todas sus posibilidades, mirando tanto el corto como el largo plazo, y ello le ha hecho decantarse por Williams. Un equipo en proceso de crecimiento, en el que se ven brotes verdes y en el que confían que la llegada del piloto madrileño les permita dar un nuevo paso al frente. Habrá que esperar hasta marzo del próximo año para verlo, pero no cabe duda de que la ilusión y motivación por ambas partes es máxima y juntos buscarán brillar en la que será la décima temporada de Sainz en Fórmula 1.