Saber cómo controlar los nervios al conducir es sumamente importante, sobre todo si eres principiante y estás en proceso de obtener tu licencia. Este tipo de temor al simple hecho de tener que operar vehículos es conocido como amaxofobia y suele ser muy común cuando no contamos con la experiencia suficiente tras el volante, pero puede ser muy peligrosa si no desaparece conforme pasa el tiempo.
El temor a conducir —al igual que cualquier tipo de emoción que experimentamos en este contexto— se considera como una distracción que puede afectar el desempeño de cualquier conductor, incluso el de los más experimentados. No obstante, existen algunas recomendaciones y estrategias hechas por expertos que te permitirán desarrollar tus habilidades al máximo, haciendo desaparecer cualquier duda o inseguridad al conducir.
¿Cómo controlar los nervios al conducir?
Aunque se relaciona mucho más con los conductores inexpertos, los nervios o el temor a conducir también puede estar presente en conductores experimentados, alimentado por alguna situación repentina o algún estado de ánimo particular. Si lo experimentas, es importante tomar en cuenta alguna de las siguientes recomendaciones:
1. Inscribirse en una escuela de manejo o curso de conducción defensiva
La educación vial siempre es una buena alternativa, sin importar la edad o la experiencia que se tenga. Para los conductores más jóvenes o adultos inexpertos, las escuelas de manejo pueden ser la mejor alternativa, porque les permiten desarrollar sus habilidades y destrezas poco a poco. Los cursos de conducción defensiva, por su parte, brindan herramientas para anticiparse y prevenir situaciones de peligro.
2. Conducir acompañado
En la mayoría de los casos, tener un copiloto experimentado puede ser de gran ayuda para vencer el miedo a conducir. Además de hacernos compañía, un copiloto puede servir de guía y corregir nuestros errores al volante, reduciendo así los riesgos de sufrir un accidente de tránsito. Por esa razón, durante el proceso de solicitud de una licencia, las agencias de tránsito exigen que los aspirantes cumplan con un periodo de conducción supervisada para obtener mejores resultados.
3. Ejercicios de respiración
A veces, el simple hecho de respirar puede ayudar a calmar el estrés y tranquilizarnos. Los expertos recomiendan hacerlo conscientemente, controlando nuestros movimientos y aspirando de manera profunda; es decir, tomando suficiente aire y expulsándolo lentamente. La idea es ir relajándose poco a poco para evitar que nuestros reflejos se vean afectados mientras conducimos.
4. Detenerse a un lado del camino
Si los nervios se apoderan de nosotros y no podemos controlarlos, lo más recomendable es detenerse por completo, apagar el vehículo y esperar a calmarnos. Cuando la calma llegue, podemos encender el vehículo nuevamente y ponerlo en marcha. De esa manera, no ponemos en riesgo nuestra seguridad y la seguridad de otros conductores, ciclistas o peatones que utilizan las vías públicas.
5. Buscar ayuda psicológica
En casos de miedo extremo, es recomendable evitar conducir y buscar ayuda profesional para aprender a canalizar nuestras emociones y evitar que nos afecten a largo plazo. La terapia psicológica constante puede detectar el origen de este tipo de fobias y puede brindar herramientas para manejarlas por nuestra cuenta, en caso de que vuelvan a aparecer.