Aunque aparenten estar hechos de cristal, los parabrisas en realidad están hechos de vidrio laminado, un cristal compuesto de varias capas de vidrio con una intermedia de material plástico que les permites ser resistente a los impactos y le ofrece mayor durabilidad.
La capa de plástico también tiene un componente adhesivo que mantiene todas las capas de cristal unidas. Esto hace que el parabrisas sea flexible, en caso de romperse por fuertes impactos, impidiendo que el vidrio estalle en pedazos cortantes y cause lesiones a los ocupantes del vehículo.
Los vehículos con parabrisas fueron creados en 1926 por la marca Rickenbacker. El cristal de ese tiempo tendía a hacerse frágil, también a oscurecerse. Todo se resolvió cuando Carlton Ellis patentó el butiral de polivinilo (PVB), la resina sintética o material plástico que se coloca dentro de las capas de cristal.
¿Puede romperse un parabrisas?
Los parabrisas son extremadamente resistentes, pero no son irrompibles. No obstante, cuando se rompen, no suelen hacerlo como otros cristales. Su composición y diseño les permite agrietarse en pequeños pedazos que suelen permanecer unidos, gracias al compuesto plástico que llevan en su interior.
Esto minimiza enormemente el riesgo de lesiones graves producidas por trozos de cristal, pero los ocupantes aún pueden salir lastimados, si algo logra atravesar el parabrisas. También si impactaran su cabeza contra el cristal durante un accidente y no están usando cinturón de seguridad.
En resumen, los riesgos permanecen, pero son mucho menores gracias a la composición del parabrisas, siempre que este se encuentre en buenas condiciones. Cuando no es así y existen grietas por golpes anteriores, los peligros para los ocupantes del vehículo suelen ser mayores.
¿Por qué el parabrisas en un auto debe ser resistente?
Los parabrisas se siguen haciendo de la misma manera desde que se introdujo el cristal laminado en la industria automotriz por varias razones:
- Seguridad estructural: el parabrisas forma parte integral del sistema de seguridad estructural del vehículo. En caso de un vuelco o colisión, el parabrisas ayuda a mantener la integridad estructural del techo, protegiendo a los ocupantes.
- Protección contra impactos: el parabrisas está diseñado para soportar impactos de objetos duros como piedras, escombros o cualquier otra cosa que pueda llegar hasta él a altas velocidades. De esa manera, el conductor y sus ocupantes están protegidos.
- Visibilidad y conducción segura: un parabrisas resistente a los impactos ayuda a mantener la visibilidad al evitar la formación de grietas y roturas que podrían obstruir la vista del conductor. Por esa razón, cuando hay grietas, es necesario reemplazarlo.
- Protección contra el viento y los elementos: el parabrisas protege a los ocupantes del vehículo contra el viento, la lluvia, la nieve, los insectos y otros elementos exteriores, lo que contribuye a una experiencia de conducción más segura y cómoda.
- Soporte para airbags: sirve como punto de anclaje para los airbags frontales. Su resistencia y capacidad para mantenerse intacto durante un accidente son cruciales para garantizar que los airbags se desplieguen correctamente y proporcionen la protección necesaria a las personas.
- Es importante recordar que todo este nivel de protección que ofrecen los parabrisas se ve reducido considerablemente si existe alguna grieta en ellos, por pequeña que sea. Si tu parabrisas no está en condiciones, es fundamental que lo lleves a un taller especializado para que lo evalúen y reemplacen cuanto antes.
