Las llantas tienen vital importancia en los vehículos para un desempeño óptimo. Cuando los neumáticos no están en buenas condiciones, hay un cambio considerable en el manejo. Las vibraciones, deslizamientos, ruidos, poco agarre, más consumo de combustible y afectaciones en el tren delantero son algunas señales de que requieren cambio.
El promedio de vida de una llanta de calidad es de unas 50 mil millas aproximadamente. Sin embargo, otras de menor categoría pueden lograr completar 30 mil millas y el promedio logra cumplir su función de manera eficiente por 40 mil millas.
Buena calidad de llantas, sinónimo de conducción segura
Ir al volante requiere responsabilidad y compromiso. Lo ideal antes de comenzar a conducir es verificar algunos elementos esenciales del auto como niveles de aceite, refrigerante y estado de los neumáticos.
Unas llantas de mala calidad pueden ocasionar muchos problemas, que no solo afectarán tu propia seguridad, sino la de quienes vayan a bordo y la de otros conductores. Unos neumáticos que ya cumplieron su tiempo o son de bajo rendimiento, significan incluso inconvenientes para realizar las maniobras más sencillas, pero también restan estabilidad al coche, impiden la tracción adecuada e incluso impiden una frenada efectiva.
El desempeño de los neumáticos varía según el clima. Sin embargo, los all season funcionan para cualquier temporada y son no sólo los más populares sino los más recomendados. No obstante, también hay opciones específicas que puedes instalar según sea el caso, como por ejemplo los fabricados especialmente para el invierno.
El clima es indiscutiblemente un factor a tener en cuenta al momento de conducir. Unos neumáticos sin la calidad mínima requerida representan un grave error. Aunque los costos de esas ruedas sin buena reputación son considerablemente más bajos, la realidad es que no vale la pena adquirirlos si exponen tu propia seguridad.
¿Cómo saber cuándo es momento de reemplazar una llanta?
Además de llevar conteo de las millas recomendadas, otra forma de saber el momento de cambio es a simple vista. La forma más fácil es observar la degradación que ha sufrido el neumático con su apariencia.
La llanta puede presentar desgaste en la parte interna o externa. No obstante, debería ser de manera similar y, si la degradación es muy dispar, entonces seguramente también hay algún problema en el tren delantero.
El dibujo del neumático también es una clara señal. Cuando este patrón que viene de fábrica con canales profundos se degrada, es una indicación inequívoca de que ya deberías sustituir las ruedas. La profundidad mínima de estos dibujos, que ayudan al agarre, contribuyen a la estabilidad y la buena frenada, es de mínimo 1,6 milímetros en Europa, por ejemplo.
Unas llantas de calidad al día representan ahorro
La durabilidad de las ruedas va de la mano con la calidad, esto va principalmente desde la etapa de producción, pero también con un mantenimiento adecuado durante su uso. Si los neumáticos no están óptimos para circular, el carro consumirá más combustible debido a que el motor hará mayor esfuerzo para avanzar y ello representa más gasto para tu bolsillo.
Asimismo, unos neumáticos poco resistentes sufrirán más con los baches o desniveles en la vía y pueden ocasionar otros daños en el auto. Esto se traduce en un gasto mayor, se puede evitar con ruedas de efectividad comprobada.
En definitiva, las llantas de calidad ofrecen múltiples beneficios para reducir impactos en baches, rebotes, balanceos en curvas, respuesta al frenar durante la trayectoria, etc.
