Diversos estudios y encuestas delatan que muchos conductores están deseando dar el salto a la movilidad eléctrica, sin embargo, muchos de ellos reconocen que tienen reparos por la autonomía y la carga. Los coches eléctricos cada vez cuentan con mayores alcances homologados y rápidas potencias de carga, pero, al parecer siguen sin ser suficientes para muchos usuarios. La guerra por lanzar al mercado la primera batería de estado sólido tiene a toda la industria sumergida en una vorágine de ensayos y propuestas. Todas hacen grandes promesas, pero ¿cuándo se harán realidad? Samsung acaba de anunciar un gran paso, pero no es oro todo lo que reluce.
Las baterías de iones de litio y las de litio ferrofosfato dominan la actualidad. Diferentes químicas que proponen diferentes ventajas e inconvenientes. No hay una pila perfecta y si bien sus cualidades se han incrementado significativamente en los últimos años, todavía están lejos de igualar las condiciones de uso de un vehículo de combustión. Es esencial reducir esa brecha de cara al futuro y los ingenieros se esfuerzan para lograrlo. Las baterías de estado sólido no son las únicas en lanzar propuestas. A lo largo de los años hemos escuchado varias propuestas diferentes como las baterías de sodio. Cada vez estamos más cerca de ese punto de inflexión, aunque todavía quedan unos cuantos años para que se vuelvan populares.
El 2027 se antoja como el año del cambio, muchas marcas han confirmado la fecha
Como suele ocurrir con las nuevas tecnologías, el precio es un factor condicionante muy importante. Actualmente, ya podemos comprar coches eléctricos con baterías de estado semisólido, como es el caso del futuro IM L6 desarrollado por MG que ya ha anunciado sus planes concretos para Europa. La promesa es alcanzar los 1.000 kilómetros de rango, en ciclo CLTC, con una enorme batería de 130 kWh. En China ya es posible comprarlo por un precio de salida de 29.600 euros al cambio de divisa. Esa cifra no será posible en Europa, es más, muchas compañías optan por alquilar la batería dado el alto coste que esta supone. Samsung ha reconocido que los primeros modelos también serán exageradamente caros.
Es un problema, pero el futuro es prometedor. Se necesita una economía de escala para reducir las facturas. Cuantas más baterías se fabriquen más baratas serán de implementar en coches eléctricos cada vez más asequibles al público mayoritario. La compañía coreana lleva años trabajando en el futuro de las baterías de estado sólido. En estos años han conseguido miniaturizar las pilas y ampliar los límites conocidos para estas. Hasta 500 W/l de densidad volumétrica con autonomías entre los 900 y los 1.000 kilómetros y con una potencia de carga impresionante. Serán capaces de recuperar toda la energía en apenas 9 minutos de conexión. La durabilidad es otra incógnita, pero Samsung asegura que pueden llegar a durar 20 años sin problemas.
Estamos ante la gran batería con la que sueñan millones de conductores en todo el mundo, pero las primeras unidades serán todo menos populares. En Corea ya han reconocido que sólo los vehículos eléctricos “súper premium” podrán equiparlas. Coches pioneros que disfrutarán de una nueva tecnología y baterías de menor tamaño y peso. Otra gran incógnita es cuándo llegarán al mercado. Samsung asegura que los primeros coches eléctricos comerciales con su batería de estado sólido llegarán al mercado en el año 2027. Tres años a partir de esta fecha. Es un plazo que barajan muchas compañías, entre ellas Nissan y Toyota. Ambas han prometido cifras similares a los coreanos, pero los detalles de su evolución son mucho más escuetos.
Si bien Samsung parece la mejor posicionada para la gran revolución energética que se espera, hay otras compañías que aceleran sus proyectos con el único propósito de fijarse como las primeras del mercado. No se puede menospreciar el impulso de CATL. El mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos del mundo ya ha hecho saber a la comunidad que sus baterías de estado sólido también llegarán en 2027. En una escala del 1 al 10 sobre la madurez de los desarrollos ahora mismo estamos en un 4, pero para la fecha límite esperan estar en torno al 8. El objetivo es que en 20 o 30 años estén consideradas como el estándar, dejando atrás los factores limitantes que hoy impiden a muchos usuarios dar el salto a lo eléctrico.