La icónica marca de motocicletas Harley Davidson se encuentra en una encrucijada debido a la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE), impulsada por el presidente Donald Trump. El pasado 13 de marzo, Trump amenazó con imponer aranceles del 200% a productos como el vino, la champaña y otras bebidas alcohólicas provenientes de Francia y otros países de la UE, en respuesta a los gravámenes europeos sobre el bourbon estadounidense.
Esta lucha comercial no es nada nuevo. Pues, en 2018, la UE impuso aranceles del 25% a las motocicletas Harley Davidson como represalia por los gravámenes estadounidenses sobre el acero y el aluminio europeos. Aunque estos aranceles se suspendieron temporalmente durante la administración de Joe Biden. Sin embargo, desde «el Viejo Continente» se anunció que podrían restablecerse en abril de 2025, con un posible aumento al 50%.
Para Harley Davidson, esto representa un golpe significativo. Europa es uno de sus mercados más importantes, y el aumento de los costos podría encarecer sus motocicletas, reduciendo su competitividad frente a marcas como BMW, Ducati y Triumph.

Duro golpe a Harley Davidson
Hay que recordar que, en el pasado, la compañía respondió a los aranceles trasladando parte de su producción a Tailandia, una decisión que generó críticas de Donald Trump pero que le permitió evitar costos adicionales y continuar con sus buenos números.
Pero, los desafíos de Harley Davidson no se limitan a la guerra comercial. La marca ha enfrentado una disminución en las ventas en su mercado tradicional, Estados Unidos, donde su base de clientes –hombres de mediana edad y jubilados– se ha reducido. A esto se suma que ha tenido dificultades para atraer a compradores más jóvenes, quienes prefieren motocicletas más ligeras y eléctricas.
En respuesta, Harley Davidson ha implementado varias estrategias. Entre estas se encuentran el lanzamiento de modelos más accesibles y ha incursionado en el mercado de las motocicletas eléctricas con su línea LiveWire. También ha explorado la expansión en mercados emergentes como India, China y América Latina, donde la demanda de motocicletas sigue creciendo.
A pesar de estos esfuerzos, la situación financiera de la compañía sigue siendo delicada. Aunque no hay indicios de una quiebra inminente, la marca depende en gran medida de su imagen tradicional y de su base de clientes leales. Si no logra compensar la caída en las ventas europeas y atraer a nuevas generaciones, podría enfrentar un declive prolongado.