Yamaha revolucionó el mundo de los scooter cuando lanzó su TMAX en 2001, hace ya casi 25 años. Desde entonces lo ha ido mejorando en hasta nueve generaciones, a veces con saltos tecnológicos, otras veces afinando lo que tenía: así ocurre ahora, con el modelo 2025, que es un retoque del anterior (aquí nuestra prueba del modelo 2022). Pero más de 400.000 unidades vendidas desde aquel 2001 justifican esta lenta evolución, sin apenas revoluciones, en el indiscutible rey de los scooter deportivos.

Yamaha TMAX 2025
Para ver de dónde viene este TMAX, repasemos rápidamente sus antecesores: en 2001 llegó el primero, con un motor 500 cuya base se mantiene hasta hoy. Aquel primer TMAX tenía ruedas de 14 pulgadas y carburadores, pero en 2004 recibió inyección y rueda trasera de 15 pulgadas. La primera revolución llegó en 2008: el motor seguía siendo 500 (inyección) pero cambiaba entero, con nuevo chasis en aluminio (antes acero) y rueda de 15 pulgadas también delante. No sería hasta 2012 cuando llegó otro cambio notable: el motor crecía hasta 530 y la transmisión posterior pasaba a usar una correa dentada. Este “TMAX 530” recibió retoques en 2015 (horquilla invertida y pinzas radiales) y 2017 (chasis rediseñado y modos de pilotaje con control de tracción). Para 2020 llegó otro gran cambio con la séptima generación: motor 560, potencia al límite del carnet A2 y una estética que se retocó a fondo en 2022 (8ª generación) al recibir más equipamiento electrónico (pantalla TFT 7 pulgadas y parabrisas eléctrico en el Tech MAX).
Para 2025, el Yamaha TMAX se basa mecánicamente en el modelo 2022 y también la mayoría de la carrocería se mantiene: cambia el frontal, menos afilado (más corto), con nuevos faros y electrónica afinada, que incluye por primera vez centralita inercial IMU, además de que el motor (Euro5+) también recibe retoques. Repasando esta historia me di cuenta de que ¡los he probado todos! y como muchos saben una de mis motos propias es precisamente un TMAX (todavía soy fiel a mi 2008, el primero con chasis de aluminio). Imaginarás que me apetecía mucho, pues, probar el 2025.

El motor como decía más arriba sigue siendo el bicilíndrico en paralelo “tumbado” y con una tercera biela de equilibrado (algo que intentó BMW en sus anteriores “F” sin tanto éxito), que ha ido evolucionando con el tiempo, no solo en cilindrada (499, 530 y 562 cc) sino en detalles para mejorar su finura y rendimiento. En 2025 sigue ofreciendo 35 kW (47 CV) a 7000 vueltas (antes 7500) y un par de 55 Nm a 5250, que se transmiten a la rueda trasera a través del bien conocido variador de rodillos (que yo podría desmontar a ciegas de las veces que lo he hecho) y un suave embrague multidisco, que fue otra revolución en su momento (y ahora, 25 años después, apenas usa un puñado de otros scooter). Precisamente el embrague (eso por cierto es una pesadilla desmontarlo) se ha modificado ligeramente, con muelles y contrapesos que le dan un tacto algo más suave y directo. También han cambiado los tubos de la caja de admisión a los cuerpos de inyectores de forma que silencian menos el rugido de admisión (Yamaha se está especializando en este tema que ya hemos visto en MT09 y MT07). Y el escape recibe soldadura TIG interna para suavizar conductos y mejorar la respuesta al acelerador (esto lo han aprendido de Akrapovic quizás).

Mejor equipamiento
Si miramos la electrónica, Yamaha ha modificado los modos “S” y “T” para diferenciarlos más que antes. Ya te anticipo que, sí, el T es algo más suave cuando abres gas (la potencia final es la misma) y será más cómodo en ciudad o llevando acompañante, pero siguen siendo similares como es lógico en una moto con potencia de A2 y transmisión mecánica… La nueva IMU se usa para mejorar la frenada, usando el “Brake Control” para modular los frenos delanteros y el trasero mejorando la estabilidad y la propia frenada (con ABS en curva claro).

Más cambios: las ligeras llantas SpinForged llegaron con el modelo 2022, pero ahora se mecaniza (pulido) el cerco para exhibirlas más. En cuanto a la pantalla (TFT 7 pulgadas) tiene 3 “temas” (todos aprovechables, no como algunas con modos absurdos) y el control de crucero tiene algo curioso: puedes cambiar de 1 en 1 km/h o, si mantienes, de 10 en 10 km/h la velocidad mantenida. Dispone de conectividad con el móvil, vía aplicación Yamaha MyRide.