En una reciente entrevista en La W, Nick Molden, fundador y CEO de Emissions Analytics, compartió hallazgos preocupantes provenientes de un estudio que cuestiona la percepción común sobre los beneficios ambientales de los autos eléctricos.
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Según Molden, estos vehículos, a pesar de ser más amigables con el dióxido de carbono, podrían ser menos sostenibles debido a la emisión de partículas tóxicas provenientes de las llantas y la combustión.
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El experto destacó que, si bien los autos eléctricos son más efectivos para evitar la emisión de dióxido de carbono, presentan un aspecto “negativo”. Este se relaciona con otras partículas perjudiciales para el medio ambiente. En tal sentido, estas emisiones se generan a partir de las llantas y el proceso de combustión, lo que plantea interrogantes sobre la verdadera sostenibilidad de estos vehículos.
¿Autos eléctricos más contaminantes?
Europa lidera la apuesta global por los carros eléctricos, con un enfoque principal en reducir las emisiones de dióxido de carbono. A pesar de la conciencia de las emisiones adicionales de partículas tóxicas, las autoridades se centran en la meta más inmediata de descarbonización.
Molden advierte que las consecuencias de estas partículas podrían hacerse evidentes en los próximos años. Lo anterior, podría cambiar la percepción sobre la sostenibilidad de los carros eléctricos. Otro aspecto resaltado por Molden es el desafío en el reciclaje de las baterías de estos automotores.
Aunque existe un impulso para establecer una economía circular en esta industria, el proceso de reciclaje requiere una cantidad considerable de energía y se considera un procedimiento “sucio”. Así las cosas, sugiere que, a pesar de estos desafíos, el reciclaje con energía verde sigue siendo preferible a extraer elementos de las minas para la fabricación de baterías.
A pesar de las ventajas que presentan los carros eléctricos, sostiene que no son la solución universal. Reconoce que, si bien estos vehículos pueden ser beneficiosos en ciertos contextos, no son la mejor opción para todos. Molden sugiere que el futuro del transporte podría implicar una combinación de tecnologías para encontrar una solución sostenible que se adapte a diversas necesidades.
