Las ventas de carros eléctricos en Europa han experimentado una caída significativa. Tanto Alemania, como Inglaterra y Noruega se encuentran entre los países que han registrado retrocesos notables.
Esta disminución en la comercialización de autos está directamente relacionada con la reducción progresiva de las ayudas estatales. Pues estas estaban destinadas a promover la adopción de vehículos eléctricos.
En Alemania, la retirada de los incentivos a la compra de autos eléctricos para flotas comerciales ha resultado en una disminución del 28.6% en las operaciones de compra de estos vehículos en septiembre de este año.
De acuerdo con la Autoridad Federal de Transporte por Carretera, las ventas disminuyeron de 44.389 unidades en septiembre de 2022 a 31.714 en septiembre de 2023.
La razón detrás de este declive es clara: desde el 1 de septiembre, las ayudas ambientales para flotas comerciales se eliminaron. Así se dejaron solamente incentivos para los vehículos particulares. Estas ayudas solían ofrecer descuentos de entre 3.000 y 4.500 euros en carros eléctricos.
Si se comparan las cifras con las ventas de agosto, la caída es aún más pronunciada, alcanzando un 63%. Esto se debe a que las últimas dos semanas de agosto experimentaron una afluencia masiva de compras de unidades por parte de empresas que anticiparon aumentos de costos en los vehículos eléctricos.
La anterior situación desfiguró drásticamente las cifras del mes. A pesar que el caso alemán es llamativo, se refleja en otros países europeos que también han visto disminuir la demanda de autos eléctricos.
En Inglaterra, la preocupación por la desaceleración en las ventas de autos eléctricos ha llevado al gobierno a implementar una medida inusual. De este modo, ha exigido una cuota mínima de vehículos sustentables para cada marca. En 2023, esta cuota será del 22%, aumentando progresivamente hasta alcanzar el 100% en 2035.
Y es que, los fabricantes que no cumplan con estos objetivos enfrentarán multas por cada automóvil que no se ajuste a las regulaciones del gobierno. Otro de los desafíos que ha surgido con la reducción gradual de las ayudas es el comercio internacional de autos eléctricos.
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Esto llevó a la creación de un “mercado negro” de vehículos eléctricos, comprados con descuentos en un país y revendidos a precios más altos en países con subsidios menos generosos. Este fenómeno afectó directamente la economía de naciones como Noruega y Alemania al subvencionar operaciones comerciales en el extranjero.
Además, la inversión en infraestructura de carga eléctrica y la disminución de la recaudación fiscal por la exención de aranceles en vehículos eléctricos han impactado negativamente las finanzas públicas. Por esta razón, la eliminación de subsidios comenzó con los autos híbridos enchufables y se extendió a las flotas comerciales de vehículos eléctricos.
Noruega, conocida por liderar en matriculaciones de autos eléctricos, ha experimentado una reducción en las ventas debido a impuestos basados en el peso de los vehículos. La falta de incentivos fiscales para modelos más pesados ha llevado a que los consumidores busquen alternativas más asequibles.
La situación actual ha dado lugar a una creciente competencia global en el mercado de vehículos eléctricos. La aparición de marcas asiáticas y avances tecnológicos significativos está desafiando a los fabricantes de automóviles europeos.
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China, líder en tecnología de baterías, digitalización y automatización de la producción, está influyendo en la industria y poniendo a los fabricantes tradicionales europeos bajo una presión considerable.
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El panorama en Europa está evolucionando rápidamente y los fabricantes establecidos se enfrentan a importantes desafíos. La industria automovilística está cambiando a un ritmo vertiginoso, y aquellos que no se adapten podrían quedarse atrás en esta carrera por la movilidad sostenible.
