Un coche que supera los 5,30 metros de largo y las 2,5 toneladas quizá no sea lo que uno entiende como el máximo estandarte de la superdeportividad. Pero aun así, Bentley se refiere a su lanzamiento más reciente como el primer superdeportivo de cuatro puertas: el nuevo Flying Spur, que llega a su cuarta generación tras casi dos décadas postulándose como una de las berlinas de lujo por excelencia.
El sistema híbrido es la joya de la corona
El nuevo Flying Spur llega por todo lo grande: con la versión Speed, centrada en las máximas prestaciones. Utiliza el propulsor «Ultra Performance Hybrid» de Bentley, un sistema híbrido enchufable que ofrece 782 CV de potencia y unos impresionantes 1.000 Nm de par motor (147 CV y 100 Nm más que el modelo precedente), gracias a la combinación de un V8 biturbo de 4.0 litros y 600 CV y un motor eléctrico de 190 CV. El nuevo Flying Spur es la berlina de Bentley más potente jamás creada.
En comparación con el Flying Spur Speed anterior con motor W12, el nuevo ofrece un par motor más elevado desde regímenes bajos, un par máximo más alto y una mayor potencia en toda la gama de revoluciones. Gracias a todo este despliegue, hace el 0 a 100 km/h en 3,5 segundos, medio segundo más rápido que su predecesor.
El nuevo motor térmico funciona con una presión de inyección de combustible de 350 bares (frente a los 200 bares anteriores), que permite ofrecer una combustión más limpia y mejores emisiones. Como el motor eléctrico anula el retardo del turbo, se han utilizado turbocompresores dobles de una sola turbina, lo que reduce la complejidad y permite que funcionen a mayor temperatura, minimizando las emisiones. Esto permite también prescindir del sistema de desactivación de cilindros, ya que el motor puede apagarse por completo cuando se utiliza el motor eléctrico.
El motor eléctrico proporciona 190 CV y 450 Nm de par, más que suficiente para seguir el ritmo del tráfico en la mayoría de las situaciones, mientras que la batería de 25,9 kWh de capacidad ofrece hasta 76 km de autonomía eléctrica. El modo eléctrico funciona a un máximo de 140 km/h, aunque en modo híbrido supera holgadamente los 300 km/h de punta. La batería puede recargarse por completo en tan sólo 2 horas y 45 minutos con una potencia de carga máxima de 11 kW.
A nivel de chasis, el nuevo Flying Spur Speed viene de serie con el Bentley Performance Active Chassis, que incluye suspensión neumática adaptativa, dirección en las cuatro ruedas, diferencial de deslizamiento limitado controlado electrónicamente y vectorización activa del par motor. Según Bentley, esta generación mantiene el control de la carrocería del modo Sport de la generación anterior, mientras que el confort de marcha ha mejorado «significativamente» en el modo Confort.
Dice Bentley que pocos vehículos en el planeta pueden presumir de una capacidad tan amplia y quizá tengan razón. Es rapidísimo, pero al mismo tiempo es la máxima expresión del lujo británico y es capaz también de hacer hasta 76 kilómetros en modo totalmente eléctrico y sin emisiones.
Un interior todavía más lujoso, más conectado y totalmente personalizable
Las actualizaciones del interior mejoran el ya de por sí exquisito habitáculo del Flying Spur con nuevas opciones de costuras, la piel de diamante en 3D se extiende a puertas y pilares, y se añaden nuevas funciones de bienestar, como la ionización inteligente del aire y la opción de asientos Wellness en las cuatro plazas, con climatización automática y ajuste postural automático para minimizar la fatiga.
Por su parte, la introducción de My Bentley App Studio pone al alcance del conductor toda una serie de valiosas aplicaciones, como el aparcamiento remoto desde fuera del vehículo o el control del estado de la carga cuando está enchufado. También estrena conexión inalámbrica para Apple CarPlay y Android Auto, además de actualizaciones remotas de los mapas.
Además, se ofrecen aún más posibilidades de personalización, para la cual no existen prácticamente límites. Si se recurre a las posibilidades de Mulliner, es prácticamente imposible que existan dos Flying Spur iguales en el mundo. Su precio todavía no se ha anunciado, pero el anterior Flying Spur Speed partía desde 304.000 euros. No esperes una cifra inferior para este.
La paleta de pinturas estándar ofrece 101 colores, pero puede ampliarse a cualquier color del historial de Bentley. Si el dinero no es problema (y en estos casos no suele serlo), se puede crear una pintura a la carta. Para el interior hay 22 colores primarios de la piel, 11 tonos secundarios y cuatro combinaciones de color, que permiten más de 700 combinaciones de color sólo en el cuero, antes de añadir las costuras de contraste, los ribetes o los detalles personalizados. A las pieles se suman ocho opciones de chapado de madera y otros tres acabados técnicos, que pueden utilizarse como acabados simples o dobles, y que también pueden combinarse con cualquier color de piel interior o pintura exterior.
Cambios sutiles en el exterior
A simple vista, el nuevo Flying Spur Speed es parecido al que conocíamos. Los cambios en el diseño exterior son menos sustanciales que bajo el capó, aunque hay novedades como una nueva parrilla específica del modelo Speed, un paragolpes delantero y difusor trasero más agresivos y deportivos y un paquete aerodinámico que puede ir en el color de la carrocería o en fibra de carbono.
Las nuevas LED Welcome Lamps alojadas en las puertas proyectan una versión animada del logotipo de Bentley en el suelo cada vez que se abren las puertas delanteras, tiene nuevos diseños de llantas de 22 pulgadas y un nuevo acabado Brightware en Graphite que confiere al exterior un aire deportivo y técnico.
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