Chrysler busca cambiar la dirección de Stellantis

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El mundo y el sector de la automoción está controlado por unos pocos grupos de fabricantes que acaparan todo el protagonismo. En 2021 se forjó una de las alianzas más poderosas de la industria tras la fusión de los grupos FCA y PSA. El resultado fue lo que conocemos como Stellantis, un vasto conglomerado formado por 14 marcas globales, desde Citroën y Peugeot, pasando por RAM, Dodge, FIAT, Jeep, Maserati o Chrysler. Cada una intenta ocupar un nicho comercial y todas aprovechan recursos y conocimientos para así abaratar operaciones. Desde 2021 el grupo Stellantis ha estado bajo el control de Carlos Tavares, una de las voces más autorizadas y de reconocido prestigio dentro del sector de la automoción.

Carlos Tavares ha pasado por todos los escalones de la industria. Nacido en Portugal en 1958, inició su carrera profesional en Renault, donde llegó a ocupar varios puestos de relevancia, también en Nissan. En 2014 cambió de ambiente y se pasó a las filas del Grupo PSA, donde fue escalando hasta ocupar el cargo de director ejecutivo. Tras la fusión con FCA, Tavares fue promovido a máximo responsable de la corporación, cargo que sigue ocupando en la actualidad. En la industria es famoso por sus planes de ajuste económicos y de ahorro. Gracias a ellos el Grupo Stellantis se sitúa como uno de los más rentables dentro de la industria, aunque no todo el mundo está contento con su dirección. 

Stellantis
Stellantis es el resultado de una de las fusiones más grandes de la industria. El 4º fabricante a escala mundial.

Stellantis no termina de impulsar sus resultados en Norteamérica

Hay que tener en cuenta que si bien Tavares dirige Stellantis, John Elkann es el presidente del grupo. Entre otros cargos, Elkann también es el presidente de Ferrari dado que es el nieto de Gianni Agnelli, el fundador de FIAT. Si bien la relación entre Tavares y Elkann ha sido muy política a lo largo de estos años, en gran medida por los excelentes resultados cosechados, la rama americana de la compañía pide un cambio de rumbo ante el estancamiento de las ventas de las marcas Chrysler, Dodge y RAM, además de Jeep. Al contrato de Tavares todavía le restan un par de años de vigencia, pero quieren su cabeza antes de tiempo.

Tavares no sólo es famoso por sus extremos planes de ahorro, también lo es por su sueldo. Es uno de los dirigentes mejor pagados del mundo de los negocios. En 2023, tras registrar un beneficio neto de 18.626 millones de euros, el CEO de Stellantis ingresó en la cuenta nada más y nada menos que 36,5 millones de euros incluyendo bonus y complementos. 100.000 euros a la semana. También es muy popular entre los dirigentes al no morderse la lengua y hablar abiertamente de cualquier problema. Últimamente más relacionados con las normativas europeas de emisiones y con los nuevos protocolos de aranceles impuestos a los fabricantes chinos.

Fábrica Chyrsler
Chyrsler ha sido la primera en mover ficha. Pide un cambio en la dirección de Stellantis.

La propia corporación ha reconocido que ya está buscando una nueva figura que adopte la posición de Tavares, aunque también reconoce que no hay prisa. Todavía queda más de un año para que el contrato expire, pero desde Estados Unidos presionan para acelerar el proceso dado el pobre desempeño de Stellantis en Norteamérica, su mayor fuente de ingresos. Elkann ha reconocido que el propio Tavares forma parte del proceso de búsqueda de un nuevo CEO, por lo que podría reeditar su posición. Aún así, Elkann cada vez está más insatisfecho con los resultados en América del Norte. Las ventas se han frenado y varios ejecutivos han abandonado la compañía. 

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