¿Podrían ser las fábricas de autos multimarca la nueva tendencia en la industria automotriz? Creemos que sí. Representan una propuesta innovadora en la industria automotriz, impulsada por la necesidad de adaptarse a una economía global dinámica, a la demanda de los consumidores por mayor variedad, y a la eficiencia en costos y recursos.
Las fábricas de automóviles tradicionalmente han sido gestionadas por marcas específicas, donde cada planta se dedica exclusivamente a producir modelos de una sola empresa. Sin embargo, las presiones económicas y ambientales han motivado a fabricantes a explorar la posibilidad de fábricas multimarca, donde múltiples compañías compartan una misma instalación de producción.
Este modelo podría transformar la fabricación de vehículos, optimizando el uso de instalaciones, tecnología y personal especializado para ensamblar distintas marcas y modelos en una misma línea de producción. El uso compartido de instalaciones, maquinaria y personal, permite reducir costos en infraestructura y mantenimiento.
Ventajas y desafíos: fábricas de autos multimarca
Aparte de la optimización de recursos, se atribuyen otras ventajas a la fábricas de autos multimarca. Por ejemplo, la capacidad de ensamblar distintos vehículos en la misma línea de producción en pro de responder rápidamente a la demanda de modelos específicos.
Además, se puede optimizar la logística y reducir la huella de carbono, consolidando la producción en menos instalaciones, y es posible ampliar la oferta sin aumentar los costos. Esto puede ser especialemente importante en esta etapa de transición energética, en la cual, los fabricantes han tenido grandes retros. Las automotrices podrían ampliar sus gamas sin la necesidad de construir nuevas plantas.
Si bien las fábricas multimarca presentan varias ventajas, existen desafíos importantes que se deben considerar para su desarrollo. Uno es, la compatibilidad de tecnología y componentes. Las marcas deben asegurarse de que sus diseños y procesos de ensamblaje sean compatibles con los de otras empresas. A lo que hay que sumar, asegurar la calidad del producto y proteger la propiedad intelectual.
¿Cómo sería un funcionamiento ideal?
Se plantea que para el adecuado funcionamiento de una fábrica de este tipo, es necesario implementar un sistema de producción flexible y modular. Bajo este sistema las líneas de ensamblaje deben adaptarse rápidamente para cambiar de un modelo a otro. Esto requiere el uso de robots y maquinaria avanzada que puedan reconfigurarse automáticamente.
La fábrica debería mantener un inventario preciso de piezas y componentes específicos de cada marca y modelo y, a pesar de compartir las mismas instalaciones, cada marca debería mantener sus propios estándares de calidad. Como último, un sistema de gestión digital es crucial para coordinar la producción y asegurar la trazabilidad de las piezas y el cumplimiento de las normas de calidad.
Existen algunos ejemplos tempranos de fábricas que han comenzado a implementar un enfoque multimarca. Toyota y Mazda colaboraron en la construcción de una planta en EE.UU. para producir vehículos de ambas marcas. Por otro lado, el grupo Stellantis, que reúne a Fiat, Peugeot, Jeep y otras marcas, también explora la integración de modelos distintos en fábricas compartidas.
