La crisis que atraviesa el Grupo Volkswagen amenaza con llevarse por delante hasta tres fábricas de coches en Alemania, algo que no había hecho nunca antes la compañía en sus casi 90 años de historia. La situación todavía parece salvable, al menos parcialmente, aunque para ello tendrán que aplicar un duro plan de recortes.
El Grupo Volkswagen ha presentado a los trabajadores una propuesta de reducción de costes que podría ser la salvación de las fábricas y evitar su cierre.
Arne Meiswinkel, el negociador jefe del fabricante alemán, dijo que estos planes incluyen un recorte salarial del 10 por ciento y una revisión a la baja del sistema de bonificaciones e incentivos.
Las medidas tienen por objeto apuntalar la marca Volkswagen, que está luchando contra la importante caída de demanda en China y el estancamiento en las ventas en Europa. Pero también Audi, que atraviesa una situación no menos complicada en términos financieros.
Además, la compañía asegura que «los costes de energía, materiales y personal han seguido aumentando», haciendo que las plantas alemanas sean mucho más caras de operar que las de la competencia. Arno Antlitz, director financiero de Volkswagen, dijo que los costes de producción «están lejos de ser competitivos». El objetivo es ahorrar al menos 4.000 millones de euros de aquí a 2026.
«Estamos abiertos a cualquier discusión para alcanzar nuestros objetivos financieros», dijo Meiswinkel a los periodistas ayer, 30 de octubre, después de las conversaciones con los dirigentes sindicales. Los salarios en el fabricante de automóviles seguirían siendo «muy atractivos» incluso después de los recortes, dijo.
En el trascurso de ayer, la empresa no abordó directamente la cuestión del cierre de fábricas en Alemania. Sería la primera vez en sus 87 años de historia que Volkswagen cierra una fábrica en su país natal. Tanto la dirección como los dirigentes sindicales advirtieron de que los cierres de plantas siguen siendo una posibilidad si no llegan a un acuerdo sobre el ahorro de costes.
Todo apunta a que dos de las plantas afectadas serán Dresde, conocida como la Fábrica de Cristal, y Osnabrück. En la primera, una moderna planta que se estableció como símbolo de la transición eléctrica, se fabrica en pequeños números el Volkswagen ID.3 eléctricos y sirve, además, como centro de visitantes y de entrega de vehículos.
Horas antes de las negociaciones, Volkswagen presentó los resultados del tercer trimestre de 2024 con una brutal caída de los beneficios y el margen. Fue su trimestre menos rentable en años, lo que reforzó la postura de la dirección en pro de adoptar medidas drásticas en Alemania. En el caso de la marca Volkswagen, el margen de beneficio ha caído a sólo el 2,1 por ciento.
Huelgas en diciembre si no llegan a un acuerdo el mes que viene
Según la compañía, solamente podrán «imaginar perspectivas concretas para las fábricas alemanas y una posible seguridad laboral» si se alcanza un acuerdo sobre la reducción de salarios con trabajadores y sindicatos. Para el sindicato IG Metall, las últimas propuestas de Volkswagen representan una «primera pequeña señal» de progreso.
«Hoy, la empresa básicamente ha declarado su voluntad de entrar en un proceso [de negociación] con nosotros, vinculado a sus objetivos de costes y a sus objetivos de rentabilidad, que también incluyen perspectivas para todas las fábricas y estabilidad laboral», dijo Thorsten Groeger, negociador jefe de IG Metall.
La próxima ronda está prevista para el 21 de noviembre. A fines del próximo mes se acabará el período de gracia y es posible que se produzcan huelgas a partir del 1 de diciembre. Los representantes de los trabajadores, que acusan a la dirección de tomar decisiones chapuceras y de romper el consenso sobre la toma de decisiones, entraron en las negociaciones exigiendo un aumento salarial del 7 por ciento y amenazaron con huelgas a partir de diciembre a menos que la empresa descarte definitivamente el cierre de plantas.
