China ha criticado este martes los aranceles adicionales del 100% que Canadá pretende imponer a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes del país asiático, y ha instado al gobierno canadiense a «no politizar las cuestiones comerciales».
En una conferencia de prensa, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Lin Jian, señaló que las acciones de Canadá «se desvían de los hechos, ignoran las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y contradicen la tendencia histórica», calificándolas como «proteccionismo típico».
Una respuesta muy dura que demuestra que la batalla está servida
Jian advirtió que estas medidas perjudican a las empresas canadienses y a los consumidores, además de ser desfavorables para la transición climática y la lucha global contra el cambio climático.
También defendió que la industria china de vehículos eléctricos es fruto de «una innovación constante«, basada en sólidas cadenas de suministro e infraestructura industrial, y que su éxito se debe a «ventajas comparativas que satisfacen las necesidades del mercado».
China ha exigido a Canadá «respetar las normas de la OMC» y «revertir de inmediato» estas políticas, advirtiendo que tomará «todas las medidas necesarias» para proteger los derechos e intereses de sus empresas.
La guerra comercial a tres bandas: América, Europa y Asia
En mayo, Joe Biden, el todavía presidente de EE.UU, establecía unos aranceles del 100% sobre los coches eléctricos importados de China, cuadruplicando las tasas que se aplicaban anteriormente. En julio, Donald Trump, candidato republicano a la presidencia, aseguraba que, en caso de que las fábricas chinas no es establezcan directamente en EE.UU, podrían imponerse aranceles de importación de hasta el 200% a cada vehículo que desee ingresar al país. Una medida que afectaría no solo a China, sino también a Europa y a cualquier otra región que quiera vender automóviles en su mercado.
El pasado lunes, el Gobierno de Canadá, en sintonía con Estados Unidos, decidió imponer aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos de China, estableciendo un impuesto adicional del 100% para estos automóviles.
Según el anuncio del primer ministro Justin Trudeau, estas tarifas se aplicarán a partir del 1 de octubre de 2024 e incluirán automóviles de pasajeros, camiones, autobuses, furgonetas de reparto eléctricos y algunos híbridos. Además, el Gobierno también ha establecido un arancel adicional del 25% para el acero y aluminio importados de China, que comenzará a regir el 15 de octubre de 2024.
Por su parte, la Unión Europea inició la evaluación de posibles aranceles a los vehículos eléctricos chinos después de detectar una «entrada masiva» de casi 200.000 unidades entre octubre de 2023 y enero de 2024.
Tras el anuncio del aumento de los aranceles hace unos meses, se desató una serie de noticias y reacciones de ambas partes. El gobierno de Xi Jinping ha pedido repetidamente a Bruselas que elimine estos aranceles, mostrando su voluntad de negociar para evitar un nuevo conflicto comercial. A la par, algunos fabricantes han presentado apelaciones con el fin de disminuir estas tarifas.