Autos japoneses se unen en contra de Trump: Toda una alianza estratégica

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La industria automotriz está viviendo un momento de transformación en Estados Unidos, impulsado por las políticas arancelarias del presidente Donald Trump. Estas medidas, diseñadas para proteger la producción local, han obligado a las marcas a buscar soluciones creativas para evitar los altos costos de importación. Un ejemplo destacado es la alianza entre dos gigantes japoneses: Toyota y Honda.

Desde que Trump implementó sus políticas arancelarias, los fabricantes de automóviles que dependen de componentes importados han enfrentado un aumento significativo en sus costos. Los aranceles incluyen un 10% adicional por el uso de componentes chinos y un 25% para productos procedentes de países como Japón, Canadá y México. Esto ha llevado a muchas empresas a reconsiderar sus cadenas de suministro y a buscar alternativas para producir localmente.

Toyota, como se ha conocido, está a punto de inaugurar una planta de baterías en Carolina del Norte, con una inversión de 14.000 millones de dólares. Esta instalación, que comenzará a operar en abril de 2024, tiene como objetivo principal abastecer a la propia Toyota, pero también ha encontrado un cliente clave en su rival japonés, Honda.

Alianza Toyota-Honda

Socios estratégicos

Honda, que actualmente utiliza baterías de origen chino y japonés para sus modelos híbridos y eléctricos en Estados Unidos, decidió asociarse con Toyota para evitar los aranceles y mantener su competitividad en el mercado norteamericano. Según informes del medio japonés Nikkei, Honda ya acordó el suministro de baterías con Toyota, lo que le permitirá reducir costos y asegurar la continuidad de sus operaciones en el país.

Y es que, esta alianza no solo beneficia a las dos compañías, también vislumbra una tendencia creciente en la industria: la localización de la producción de componentes clave para vehículos eléctricos. En 2023, los modelos híbridos y eléctricos de Honda representaron más del 25% de sus ventas en Estados Unidos, con alrededor de 308.500 unidades híbridas y 40.400 eléctricas.

En tal sentido, con esta colaboración, Honda no solo evita los aranceles, además, reduce su dependencia de China, un objetivo estratégico en un contexto geopolítico cada vez más complejo. Por su parte, Toyota fortalece su posición como proveedor líder de tecnología híbrida en el mercado norteamericano.

La alianza entre Toyota y Honda es un ejemplo claro de cómo las políticas arancelarias pueden impulsar la innovación y la colaboración en la industria automotriz. Aunque estas medidas han generado desafíos, también han creado oportunidades para que las empresas se adapten y fortalezcan su presencia local.

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