El fabricante chino de vehículos de nueva energía BYD, está llevando a cabo una ambiciosa expansión de su fábrica en Zhengzhou, en el centro de China. El proyecto tiene como objetivo establecer el centro de producción de automóviles más grande del mundo, en línea con la estrategia de la automotriz para consolidarse con líder en la industria automotriz global.
La planta de Zhengzhou se inauguró hace tan solo dos años, y fue diseñada para expandirse en ocho fases. Actualmente se ha completado la primera fase que abarca 12 km cuadrados y tiene una capacidad de producción de 400.000 vehículos al año. Siendo así, está a punto de superar la fábrica de Tesla en Nevada que tiene estas mismas dimensiones.
Al finalizar todas las fases, se proyecta a que el complejo cubra una superficie de 130 km cuadrados, siendo mucho más grande que importantes ciudades del mundo como Barcelona, que cuenta con 101 km cuadrados. Con unas instalaciones de gran magnitud, la meta es alcanzar la producción de un millón de unidades por año, y así estar entre los tres principales fabricantes del mundo.
Más que una ‘simple’ fábrica:«BYD City«
Más que una simple fábrica, el complejo industrial de BYD en Zhengzhou se concibe como una ciudad industrial autónoma. El plan incluye edificios residenciales para empleados, colegios, instalaciones deportivas como canchas de fútbol y tenis, así como una red interna de carreteras.
Actualmente la fábrica emplea a más de 60.000 trabajadores, muchos de los cuales residen en las mismas instalaciones. Con las etapas del proyecto avanzando, en los próximos meses se contratarán, por lo menos 200.000 empleados más, que respalden la expansión.
Con este mega-proyecto, BYD no solo busca aumentar su capacidad de producción, sino también establecer un nuevo estándar en la industria automotriz. La creación de una ciudad integrada refleja una visión futurista de cómo la producción, la vida laboral y personal de sus empleados se pueden desarrollar en un mismo entorno, lo cual podría influir en otras automotrices.
Otro ejemplo en la historia de la automoción, de cómo una ciudad puede crecer entorno a la fabricación de vehículos, es Wolfsburgo en Alemania. La ciudad alemana se fundó en 1938 para acoger la producción del primer Volkswagen, la cual pasó de tener una pequeña población en la década de los años 30, a convertirse en la quinta ciudad más importante del país.
