Jim Farley, consejero delegado de Ford, avisa de que aceptar las condiciones que el sindicato United Auto Workers pide para los empleados de las plantas norteamericanas de la compañía sería motivo de quiebra de la empresa. El sindicato ya ha iniciado un huelga, que de momento sólo afecta a la planta de Ford Michigan.
El sindicato United Auto Workers ha iniciado una huelga pidiendo a 13.000 trabajadores de Ford, Stellantis y General Motors que abandonen hoy mismo sus puestos. En el caso de Ford es la planta de Michigan, en el de Stellantis la de Ohio y en el de GM es la de Missouri.
De momento sólo se esperan paralizaciones en dichas fábricas, aunque UAW avisa de que habrá más consecuencias si no consiguen llegar a un acuerdo. En total, 145.000 personas empleadas por estos fabricantes están afiliadas al sindicato. De todas ellas, 57.000 son empleados en alguna de las plantas que Ford tiene en Norteamérica.
Según palabras de Jim Farley, CEO de Ford, aceptar lo que pide ahora mismo el sindicato supondría la bancarrota de la compañía. Por su parte, United Auto Workers tacha de «ridícula» la oferta de las distintas compañías automovilísticas y pide recuperar todos esos beneficios que aceptaron perder en 2007, cuando el mercado amenazaba con el cierre de las mismas.
Ahora se basan en las cifras de beneficios de los últimos meses y en las subidas salariales de los puestos ‘de los de arriba’ para pedir un reparto «más equitativo» de los beneficios entre todos los empleados de fábrica.
Aunque ya estamos hablando de una huelga sin precedentes, si se paraliza la producción de las 25 plantas que se reparten las tres empresas en Estados Unidos, estaríamos ante la mayor en 25 años en el país, en cuanto a trabajadores en activo se refiere.
Farley, asegura que «quieren que elijamos la quiebra en lugar de apoyar a nuestros trabajadores. Además, el CEO ha asegurado estar siempre «del lado de los trabajadores» y que en los últimos 80 años siempre han podido resolver «estas diferencias».