Max Verstappen ha transformado su pole position en una nueva victoria en el GP de la Emilia Romaña para empezar la gira europea con la quinta victoria en siete carreras. El neerlandés ha dominado la carrera con mano de hierro hasta que, a unas 15 vueltas del final, Lando Norris le ha empezado a recortar una ventaja que había llegado a ser de más de 6 segundos. Al final, sin embargo, Verstappen ha sido el primero en cruzar la línea de meta. Charles Leclerc les ha acompañado en el podio.
Uno de los grandes derrotados del día ha sido Carlos Sainz, que salía cuarto y ha terminado quinto después de que Ferrari haya reaccionado tarde al undercut de Oscar Piastri. El australiano ha estado en su zona de DRS desde la salida y, en un circuito donde adelantar era imposible, el cambio de gomas era su mejor oportunidad para adelantar. Ferrari no ha respondido ni a la parada de Norris en la vuelta 22 ni a la del mismo Piastri en la 23. Para cuando ha llamado a Carlos en la 27, el español ya se había dejado el cuarto puesto y seis segundos contra el McLaren.
Lejos de los focos, Fernando Alonso se ha tenido que resignar con la penúltima posición. El asturiano ha sido decimnoveno, haciendo buenos los peores pronósticos después de quedar último en la sesión de clasificación. Ya antes de que comenzase la carrera, el bicampeón asumía que las opciones de remontar eran remotas y que aprovecharían la carrera para parar a destiempo del resto de coches con tal de poder rodar en aire limpio y aprender de cara a las próximas rondas del calendario.
La parrilla de salida presentaba algunos cambios respecto al final de la sesión de clasificación. Oscar Piastri, que el sábado clasificó segundo a tan sólo 74 milésimas de la pole position de Max Verstappen, penalizó tres posiciones por obstaculizar a Kevin Magnussen durante el transcurso de la Q1. Fernando Alonso, vigésimo y último tras un sábado muy delicado con un accidente en Libres 3 y una Q1 en la que se salió de pista en su segundo intento y abortó el tercero, acabó optando por salir desde boxes para poder jugar con los reglajes y aprovechar la carrera para recabar datos y aprender para el futuro.
En el plano estratégico, se perfilaba un domingo relativamente sencillo con una única parada en boxes. Pirelli recomendaba salir con neumáticos medios y cambiarlos por duros entre la vuelta 21 y la 27 para llegar con duros hasta el final, aunque también había la posibilidad de salir con duros para terminar la carrera con medios o blandos en función de cuánto consiguiera alargar la tanda el piloto. El riesgo de coche de seguridad era del 100%, pues éste había estado presente en cada una de las tres carreras que Imola ha albergado desde su retorno al calendario en 2020. La posibilidad de Virtual Safety-Car era menor, del 33%.
Hubo unanimidad en la elección del neumático inicial. Max Verstappen y el resto de pilotos que integraban el Top 10 se decantaron por el compuesto medio, en línea con las previsiones de Pirelli. A partir de ahí, alguno se atrevió con una estrategia alternativa. Sergio Pérez, undécimo tras una mala Q2, optó por el duro para buscar la remontada, al igual que Guanyu Zhou –17º– y Logan Sargeant –19º–. El compuesto blando fue aún menos popular y sólo lo montaron Pierre Gasly –15º– y Fernando Alonso –20º, desde boxes–.
La salida fue muy limpia. Max Verstappen defendió la pole position desde la trazada exterior y, aunque Lando Norris también arrancó bien desde la segunda plaza, el neerlandés de Red Bull siempre mantuvo un coche de distancia en los más de 800 metros que lo separaban de la primera frenada. Por detrás, Charles Leclerc conservó la tercera posición y Carlos Sainz también aguantó la cuarta, con un penalizado Oscar Piastri justo detrás en la quinta. A diferencia de las dos últimas ediciones de este Gran Premio –2021, 2022–, no hubo ningún incidente que provocase un coche de seguridad.
Por detrás, Lewis Hamilton ganó un puesto y subió a la séptima posición. Nico Hülkenberg hizo una gran arrancada y pasó de décimo a octavo. Sergio Pérez, undécimo de inicio, adelantó a Daniel Ricciardo para ponerse décimo y así entrar en los puntos. Desde boxes, Fernando Alonso exprimió sus neumáticos blandos para recortar distancias a marchas forzadas con el pelotón y pegarse a Zhou y Sargeant –18º, 19º–, claramente más lentos al rodar con duros.
Superado el frenesí de la primera curva, el Gran Premio entró en una fase de estabilidad. La distancia entre el líder Verstappen y el segundo clasificado Norris se mantuvo sobre el segundo en las primeras vueltas, pero sobre la vuelta 5 el Red Bull hizo un pequeño cambio de ritmo y elevó la ventaja hasta los 1,8 segundos. Leclerc cerraba el podio a unos tres segundos de Verstappen y Sainz se mantenía a escasas décimas de su compañero de equipo.
Sainz –4º– perdió el DRS de Leclerc en la vuelta 7, lo cual lo podía hacer vulnerable a los ataques de un Piastri –5º– que a su vez estaba a menos de un segundo del Ferrari.
En la vuelta 8, Fernando Alonso –20º– pasó por boxes para cambiar los neumáticos blandos por los duros y así poder rodar en aire limpio. Esto a su vez motivó que los pilotos de la parte baja de la clasificación adelantasen su visita al Pit-Lane, con tal de protegerse del posible undercut del Aston Martin.
Uno de los que reaccionó al pit-stop de Alonso fue Alexander Albon, que iba decimocuarto tras la salida. Albon paró en la vuelta 9, pero los mecánicos de Williams se equivocaron y lo mandaron a pista otra vez sin fijar bien sus neumáticos. El piloto dio una vuelta a baja velocidad y consiguió volver al Pit-Lane a tiempo para que se los volvieran a ajustar, aunque para entonces ya había caído a la última posición de la clasificación. El mejor clasificado en protegerse ante el cambio de ruedas de Alonso fue Yuki Tsunoda, que iba octavo.
A todo esto, Verstappen seguía en su propio mundo. El ritmo del líder mejoraba a medida que las gomas acumulaban kilómetros y así, al llegar a la vuelta 15, su renta sobre Norris había subido hasta los 4,7 segundos. Leclerc se quedaba aún más lejos, a 6,1 segundos. Sainz se había descolgado unos tres segundos de su compañero y estaba a 9,2 del líder, con Piastri dentro de su DRS, pero incapaz de amenazar con un adelantamiento. En otra tesitura, Sergio Pérez había subido a la octava plaza tras las paradas protectoras de Tsunoda y Hülkenberg.
En la vuelta 17, unos instantes después de que Ferrari le dijera a Charles Leclerc que cambiaba de estrategia para irse al Plan B, Sergio Pérez hizo una excursión por la puzolana en la curva 17. El Red Bull siguió adelante y regresó a pista todavía en octava posición, aunque potencialmente con el fondo plano tocado y seguro los neumáticos dañados.
Verstappen seguía construyendo su ventaja a medida que la carrera se acercaba a su primera y única parada en boxes. En la vuelta 20, su margen sobre Norris había subido a 5,9 segundos y Leclerc quedaba a 7,7. Por detrás, Sainz se seguía descolgando y ya cedía 11,5. Piastri se mantenía dentro del DRS del piloto español y cobraba fuerza la posibilidad de que McLaren buscase un undercut para ganar la posición en pista.
Poco después, los favoritos empezaron a parar.
El primero en hacerlo fue George Russell, sexto, que entró en la vuelta 21. En la 22 fue el turno de Lando Norris, que entró como segundo clasificado y salió justo detrás de Sergio Pérez. La presencia del Red Bull le costó tiempo, pero se lo sacó de encima un par de vueltas después.
En la vuelta 23, llegó un momento crucial de la carrera con la parada de Oscar Piastri. El australiano, quinto virtual y en DRS de Carlos Sainz, le lanzó un undercut en toda regla. Para sorpresa general, Ferrari no reaccionó parando a Sainz, sino que lo dejó en pista hasta la vuelta 27. Esto le dio la cuarta posición a Piastri, que ejecutó con éxito su undercut. Sainz se reincorporó sexto, quinto virtual porque iba detrás de un Sergio Pérez que aún no había entrado.
Si en Ferrari podía haber un cierto descontrol, en Red Bull era todo lo contrario. El líder Max Verstappen entró en la vuelta 24 y se reincorporó todavía en la primera posición virtual, aunque detrás de tres coches –Leclerc, Sainz, Hamilton– que en aquel entonces aún no habían cambiado ruedas. Leclerc lo acabó haciendo en la 25 sin más afectaciones a la clasificación general, mientras que Hamilton lo hizo en la 27, como Sainz.
Superada la parada en boxes, pues, Piastri y Sainz eran los únicos pilotos que se habían intercambiado posiciones. El resto seguían exactamente en el mismo sitio que al principio, con Verstappen de líder con una renta de 6,2 segundos sobre Norris y de 9,6 sobre Leclerc al llegar a la vuelta 30. Piastri, cuarto, exprimía el ritmo de su McLaren y se metía en el DRS de Charles, mientras que Sainz se quitaba de encima a Pérez para asumir definitivamente la quinta plaza, aunque a 6 segundos de Piastri.
Para el liderato de Verstappen, la única amenaza en ese momento era una sanción de tiempo. El neerlandés se había excedido de los límites de pista en tres ocasiones y en consecuencia había recibido una bandera blanca y negra, lo que significaba que, en caso de haber una nueva infracción, recibiría una penalización de 5 segundos. Max parecía tener ese escenario bajo control al sostener un colchón de más de seis segundos sobre Norris.
Sergio Pérez alargó hasta la vuelta 38 en busca de un coche de seguridad que lo metiera de lleno en carrera, pero no tuvo esa suerte. Acabó entrando desde la octava posición y volvió a pista décimo, por detrás de un Tsunoda y un Hülkenberg que parecían condenados a un segundo cambio de gomas porque habían hecho el primero demasiado pronto. Checo pasó a Hülkenberg en la 40 para ser noveno.
A medida que pasaban los minutos, se hacía más evidente que los que habían parado pronto tendrían que hacer un segundo pit-stop. Fernando Alonso hizo eso mismo en la vuelta 41 y se reincorporó penúltimo, decimonoveno.
Aunque la victoria de Max Verstappen no corría ningún peligro a estas alturas, la pelea por la segunda posición estaba más abierta de lo que podía parecer. Décima a décima, Leclerc le recortó a Norris los tres segundos que le sacaba al inicio del stint y en la vuelta 42 ya consiguió inmiscuirse dentro de su DRS. McLaren le decía por radio que Leclerc estaba apretando y Lando concedía que el Ferrari era el coche más rápido en ese momento.
Las opciones de Leclerc se han desvanecido con un error de pilotaje en la Variante Alta. El monegasco se ha ido largo en la curva 14 y ha dejado tocados sus neumáticos, y a partir de entonces se ha descolgado de la pelea por el segundo puesto. Así, al llegar a la vuelta 50, Verstappen seguía líder con 5,5 segundos sobre Norris y 8,3 segundos sobre Leclerc. Piastri y Sainz, cuarto y quinto, estaban en tierra de nadie, con 3,7 segundos entre ambos.
En la vuelta 52, George Russell hizo una segunda parada que regaló su sexta posición a su compañero Lewis Hamilton. Los Mercedes rodaban entonces sexto y séptimo, y en el muro decidieron llamar a George porque de este modo podían darle el neumático medio para buscar el punto extra de la vuelta rápida. Regresó todavía séptimo, por delante de Sergio Pérez.
En la vuelta 55, Alexander Albon entró a boxes para abandonar.
Superada la amenaza de Charles Leclerc, que no tenía la misma velocidad que al principio de la tanda, Lando Norris apretó los dientes para irse a por Verstappen. Pronto bajó de los 5 segundos, con lo que le dijeron a Max que no tenía margen para compensar una posible sanción por límites de pista. En la vuelta 55, a ocho del final, la diferencia entre ambos ya era de tan sólo dos segundos.
A dos vueltas del final, Fernando Alonso entró a boxes por tercera y última vez para poner neumáticos blandos e ir a por una vuelta rápida. Esto lo hizo caer de la decimoctava a la decimonovena plaza.
Aunque Lando llegó a poner a Max contra las cuerdas, y a la postre añadió emoción a una carrera que hasta entonces había sido un auténtico recital dominador de Red Bull, Verstappen supo contener la envestida. 63 vueltas después, el tricampeón cruzó la línea de meta por última vez para ver la bandera a cuadros y llevarse a casa la victoria del GP de la Emilia Romaña.
