El vocho que conquistó la Antártida

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Fue un frío sábado de febrero, de 1963, cuando el Antarctica 1, el primero de los tres vochos donados por Volkswagen de Australia llegó a la Antártida.

Hoy, gracias a la Carretera del Polo Sur de 1,450 kilómetros de longitud, fabricada con nieve compactada, que se terminó de construir en 2006, las comunicaciones entre las bases norteamericanas de la estación McMurdo (exacto la que tiene cajero automático) y la base Amundsen-Scott se reducen a viajes, en transportes con orugas, que solo dura 40 días.

historia de Volkswagen

Pero en los inicios de los años 60, no había tales comodidades, así que cada equipo tenía que arreglárselas como mejor podían, recuerden que la Antártida es un continente abierto, aunque muchos países reclaman intereses, por ello hay bases de “investigación” en diversos sitios y de diversas nacionalidades, se las arreglaba como podían. Y uno de esos “arreglos” fue un vocho.

Llegó Antarctica 1

El Escarabajo antártico (con número de placa Antarctica 1) llegó al continente blanco en 1963 de la mano de los científicos de la base australiana de Mawson, dicha base se encuentra en la desolada costa de la Tierra de Mac Robertson.

historia de Volkswagen

Por aquellos días, los científicos de la base estaban buscando un vehículo barato que complementara las motonieves que ya poseían. Así que uno de los científicos se puso en contacto con Volkswagen de Australia para solicitarles ayuda. Eran días en los cuales la publicidad de la marca se centraba en la adaptabilidad de sus productos, así que no falto el avispado directivo que decidió que enviar un escarabajo a la Antártida sería muy beneficioso.

Es más, al departamento de marketing de la compañía se le ocurrió la idea de mandarles el Escarabajo ¡gratis!, junto con una cámara fotográfica y otra de vídeo. Además de suficientes suministros de material para las más que probables reparaciones.

Así fue como el vehículo fue entregado en febrero de 1963 y se ganó el apodo del Terror Rojo por parte del personal australiano. Aquí entra una nota curiosa, pues el color había sido escogido para que fuera difícil perderlo de vista en la nieve.

Antarctica 1

El vocho sacó la casta

Resulta redundante decir que el Volkswagen Antarctica 1 cumplió su objetivo con creces, pero según la crónica el auto encendía sin problemas a treinta grados bajo cero, y se llegó a usar a temperaturas por debajo de los cincuenta grados. Algunas pequeñas modificaciones en la batería (llevaba dos, una para arrancar y otra para circular) y en los neumáticos le permitieron recorrer distancias respetables alrededor de la base, conquistando la nueve y el hielo.

Problemas menores, como los destrozos que el viento provocaba en las puertas al cerrarlas o abrirlas de manera violentísima, se arreglaron sobre la marcha, al igual que los frecuentes pinchazos y reventones de las llantas. En ocasiones especiales, la compañía VW hizo llegar a un hombre para efectuar reparaciones, digamos que “mayores”.

Con este historial a cuentas, el pequeño vehículo regresó a Australia en 1964, en donde fue usado intensivamente como parte de una campaña publicitaria. Incluso, participó en un rally alrededor del continente australiano que, asombrosamente, ganó.

Llegan los vochos Antarctica 2 y 3

La historia sigue, y aunque no hay datos, se supo que a la base Mawson llegó un segundo Escarabajo, esta vez de color naranja y cuya matrícula, sería “Antarctica 2”, como corresponde.

Este segundo vehículo permaneció en la Antártida hasta 1969, cuando fue devuelto al continente para su aprovechamiento por parte del departamento de marketing de VW Australia.

Antarctica 1

Aún hubo un tercer Escarabajo Antártico, sin embargo, pocos recuerdos quedan de él, empezando porque se desconoce si se siguió con la tradición y fue emplacado como el “Antarctica 3”, lo cual convierte a las dos primeras placas en las únicas matrículas de la Antártida. Su final, del tercero, fue por demás triste, acabó engullido por el mar al quebrarse una placa de hielo bajo sus ruedas.

Si bien en este artículo se muestran fotografías del Antarctica 1, éste es un clon fabricado por el  Club VW Australia. El paradero de los dos primeros Escarabajos en la Antártida, y únicos hasta el momento, se desconoce, se teme que hayan terminado en un deshuesadero o yonque boreal.

Lo cual sería una pena, pues son los únicos vehículos de fabricación en serie que han pisado la inmensidad blanca del Continente Helado.

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