Gurgel o Gurgel Motores Sa. , fue la marca de un fabricante de automóviles brasileño que se llamó como su fundador, João Augusto Conrado do Amaral Gurgel. La empresa fue fundada en 1969 y se especializó en vehículos todoterreno, muchos de los cuales tomaron el nombre de algunas tribus nativas de Brasil.
Las carrocerías de los primeros modelos eran de fibra de vidrio y estaban montadas sobre chasis y motores de Volkswagen Fusca.
Después de trabajar algún tiempo en las filiales brasileñas de General Motors y Ford, Amaral Gurgel decidió que era hora de tener su propio negocio. En 1958 juntó 10 000 dólares, encontró socios y creó Moplast, que producía carteles luminosos de plástico y con las ganancias, fabricaba kartings de competición.
Años después, en 1964, salió de Moplast y creó Macan Veículos, una concesionaria de Volkwagen que le permitió continuar fabricando karts e inventar una novedad: coches pequeños de verdad para niños. Eran mini Mustangs y mini Karmann Ghias, con motores de 3 caballos de fuerza. Finalmente, en 1969 fundó Gurgel Motores, S.A.
El proyecto más ambicioso de Gurgel, fue sin duda el BR800
Amaral Gurgel defendía la utilización de la energía eléctrica como el combustible más económico para los automóviles. Realizó muchas investigaciones en esta tecnología sin nunca haber llegado a una alternativa económicamente viable.
Entonces lanza el CENA (Carro Econômico Nacional), que, aunque utilizaba gasolina, era un proyecto bastante económico para el desarrollo de un coche compacto para todos los ciudadanos de Brasil: 100 % nacional, barato, de mantenimiento sencillo y totalmente adaptado para su uso en los centros urbanos.
Fue entonces cuando tuvo que cambiar el nombre por BR800, porque hubo una reclamación por parte de los abogados del entonces joven piloto de carreras Ayrton Senna.
En 1988, el BR800 empezó a ser producido en serie con un incentivo fiscal del gobierno que permitía al coche ser un 30% más barato que sus similares. Dos años después, recibió el “Selo de Excelencia” en la “Primeira Bienal Brasileira de Design” (Sello de Excelencia en la Primera Bienal Brasileña de Diseño), en la categoría de Transporte Individual, promovida por el gobierno de Paraná en Curitiba.
En la década de los 90, el gobierno brasileño eliminó todos los impuestos a los coches con motor menor a 1000 cm³, una maniobra que permitió que Fiat lanzara en Brasil el Uno Mille, al mismo precio que el BR800, pero con un mayor espacio y mejores acabados.
Como respuesta, Gurgel lanza el SuperMini, una versión mejorada del BR800. Durante su corta, pero exitosa trayectoria, esta fábrica brasileña, logró desarrollar varios autos, con mayor o menor éxito que el BR800; sin embargo, a pesar de este intento, la empresa entró en suspensión de pagos en 1992 y acabó en bancarrota en el 95, con una deuda de tres millones de dólares.