Hablando del Volkswagen Champagne Edition, debemos recordar que, a finales de la década de los setenta, Volkswagen vivía una época envidiable; sus vehículos se seguían conservando como amplios favoritos dentro de los consumidores que buscaban un auto económico y eficiente, sin embargo, también eran buscados por compradores que buscaban un auto de máquina pequeña, pero con prestaciones de lujo.
Interesados en satisfacer la demanda y complacer a este segundo grupo, la marca alemana creó en el año de 1978 un concepto que denominó Champagne Edition. El nombre era claro, y englobaba completamente la temática del vehículo.
Se trataba de las mismas carrocerías de siempre, las que eran ampliamente conocidas: Rabbit, Scirocco, Dasher, Transporter, Microbus y vocho convertible, pero que contaban con la particularidad de que se preparaban de forma tal que eran mucho más lujosos y elegantes que los modelos base.
Volkswagen Champagne Edition resultó todo un éxito
Se puso en venta un número muy limitado de vehículos que resultaron ser todo un éxito. Volkswagen lanzó la línea con muchas reservas, con cierta duda e incertidumbre, sin embargo, los vehículos se vendieron en tiempo récord. Los compradores literalmente se arrebataron los autos disponibles, por lo que Volkswagen of America repitió la fórmula una vez más en 1979, el nombre fue Champagne Edition II, y se agregaron algunas mejoras visuales con respecto a los modelos de un año atrás.
Por fuera los vehículos eran básicamente los mismos, la paleta de colores brillante y con terminado metálico incluía un gris verdoso, un tono plata intenso, un café claro y un café intenso que estaba adornado con un par de franjas laterales naranja y café que corrían desde la calavera hasta el faro.
En el caso del Rabbit contaba con rines y llantas más anchos, medida 175/70 SR13, a diferencia de lo que ocurría con los modelos básicos, el interior se encontraba perfectamente coordinado en cuanto a colores se refiere, desde el volante hasta los compartimientos de las puertas. Los asientos estaban tapizados con velour y una alfombra que era mucho más acolchada que las de serie, en color Turnaline y Aubergine.
Interiores dignos de los mejores modelos de lujo de la época
La misma propaganda publicitaria hacía mención que en la gama Volkswagen Champagne Edition podían encontrarse toques de elegancia que solamente eran vistos en los entonces autos de lujo cómo el Datsun B-210, el Ford Pinto, el Mustang II o el Dodge Challenger.
Cambios que con la tecnología de ahora pueden resultar risibles pero que eran un factor que considerar en ese tiempo, cómo reloj de cuarzo con cronómetro, vidrios y seguros eléctricos, espejos laterales también eléctricos y mayor espacio de cajuela.
El vocho Champagne Edition portaba un tablero similar al del Super Beetle, pero con algunos cambios, como molduras imitación madera, un espacio más grande para el velocímetro y, del lado izquierdo, el reloj de cuarzo.
También contaba con pequeñas rendijas laterales direccionables para el aire acondicionado, guantera con llave, radio de lujo AM/FM, interruptores de encendido de luces e intermitentes de lujo, así como un reloj dispuesto en la parte inferior izquierda.
El volante también era diferente. Era de cuatro brazos, más estilizado y con el clásico castillo de Wolfsburg al centro. Las tapas de las puertas eran igual de delgadas que las de fábrica, ampliamente conocidas, no obstante, contaban con una bolsa de vinil que hacía las veces de revistero.
Pese a las buenas ventas, el alto costo del Volkswagen Champagne Edition provocó que solo estuviera al alcance de unos cuantos, así que, sin más, la producción del Champagne fue cancelada ese mismo año.