Aunque nuestro auto favorito dejó de fabricarse hace muchos años, hay muchos entusiastas que aún lo siguen venerando como el primer día y este es el caso de tres hermanos que convirtieron su amor por este automóvil en un exitoso negocio.
Todo comenzó hace 30 años cuando Paul Postma se “enamoró de un vocho descapotable”. Su pasión por este auto contagió a sus dos hermanos y en tres años, los tres hermanos estaban conduciendo vochos convertibles.
Su devoción por el Volkswagen Sedan persiste hasta el día de hoy, ya que poseen un total combinado de 27 vochos convertibles. Además, tienen en su colección 21 Volkswagen Transporter y un Karmann Ghia.
La pasión vochera de estos hermanos los llevó a iniciar un negocio
Su variada colección les ha permitido iniciar algunos negocios relacionados con su pasión como, por ejemplo, el alquiler de vehículos para eventos de todo tipo, desde bodas hasta campañas publicitarias y sesiones de fotos. Uno de los usos más comunes son las bodas, donde los novios a menudo optan por alquilar toda la flotilla de Combis para transportar a sus invitados.
Además de estos servicios habituales, los hermanos también organizan rallys para eventos corporativos, ofreciendo la oportunidad a grupos de hasta 250 personas de participar en emocionantes desafíos utilizando los coches clásicos de la colección.
Volkswagen Kübelwagen, el antecesor del Safari que fue usado durante Segunda Guerra Mundial
Incluso cuentan con una T2 que sirve como coche fúnebre, un detalle que algunos pueden encontrar inusual.
Aunque el coche fúnebre es definitivamente peculiar, la limusina de Paul no se queda atrás. Cuenta con una extensión de 1.3 metros adicionales y en su interior cuenta con tapicería de color azul, un sofá, minibar y una antigua televisión a color. Según se dice, la limusina procede de Las Vegas y supuestamente solía transportar a un holandés de un casino a otro y de regreso a su hotel todas las noches. Parece que la suerte estaba de su lado, ya que terminó comprando el vehículo y llevándoselo consigo a casa.
