El escarabajo de Volkswagen es un coche ampliamente conocido en la historia del mundo automotriz, incluso en nuestros días no hay un sitio en el mundo donde no se vea un ejemplar. Entre los miles de ejemplares que deambulan por el mundo hay uno que es particularmente especia: el Volkswagen Käfer 1939, el único escarabajo que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, aunque no intacto.
Volkswagen Käfer 1939, solo 14 prototipos
Doktor Ferdinand Porsche fue el creador y constructor del primer Automóvil del Pueblo, el Volkswagen Escarabajo. Junto a su hijo Ferry Porsche diseñaron una versión más rápida del vocho. Como sabemos, la idea inicial que existiera un coche económico y fácil de fabricar fue de Adolf Hitler. Ahora bien, la producción en masa tuvo lugar después de la Segunda Guerra Mundial. No obstante, antes de que ésta comenzara, el ingeniero Porsche construyó algunos prototipos.
La fábrica donde se producirían los escarabajos se encontraba en Stuttgart, esta factoría se inauguró en 1937 de manera oficial, pero su construcción comenzó en 1938. A pesar de no contar con una infraestructura adecuada como para producir docenas de modelos en serie, esto no impidió que Ferdinand Porsche junto a su hijo realizará algunos prototipos.
En total la meta era construir 50 unidades, pero solo les alcanzó para producir 14 ejemplares del Volkswagen Käfer 1939, cada uno con un motor diferente. Estos coches fueron enviados a periodistas o periódicos durante la segunda mitad de 1938 y a principios de 1939 y de hecho también participaron en diversos certámenes, anuncios, ferias y exhibiciones de automóviles, gracias a lo cual fueron ganando fama, pero al final todos, a excepción de uno se perdieron durante la Segunda Guerra Mundial.
El sobreviviente
El Volkswagen Käfer 1939 fue el único prototipo que perduró con el tiempo, este auto llevaba en su chasis el número 1-0003, pero lo que lo hizo especial no solo fue porque fue diseñad por el propio Porsche, sino porque también incorporaba un motor de alta velocidad que fue implementado como prueba y era usado por Ferdinand y su hijo en su traslado diario a la fábrica.
Puede que ese detalle haya sido crucial para que este modelo sobreviviera a la guerra, lo cierto es que el Volkswagen Käfer 1939 se movilizaba gracias a un motor Tipo 64, una máquina de un Porsche T64 de 1.0 litros que ofrecía 32 caballos de fuerza, en lugar de los 23.5 hp habituales. Esto, junto a su peso de 695 kilos le permitía al VW 39 alcanzar una velocidad máxima de 145 km/h, era un coche verdaderamente veloz.
Durante la guerra desaparecieron los hermanos del VW 39, mientras que el modelo que era propiedad de los Porsche sobrevivió casi incólume, fue encontrado después del conflicto bélico y fue vendido a un coleccionista en 1948 quién lo pintó en color gris. Estando en poder de la familia Raffai, el Volkswagen Käfer 1939 fue restaurado, pero la mala suerte quiso que el coche fuera pasto de las llamas durante un incendio en la casa de la familia.
Algo que hacía que este Volkswagen 39 fuese especial, diferente y digno de un museo era que incluía defensas cóncavas, su cofre tenía forma arqueada en la parte superior, mientras que la tapa del motor lucía un pliegue vertical hacia abajo. Otro detalle lo constituía la calefacción, que para el VW 39 presentaba conductos que permitían que parte del aire caliente del motor llegara hasta el parabrisas.
En 2015 el Volkswagen Käfer 1939 fue adquirido por Thomas König y Oliver Schmidt, los fundadores del Museo de prototipos de Hamburgo. El VW 39 se hallaba en un estado deplorable después del incendio, así que fue sometido a una minuciosa restauración con la colaboración de los mejores expertos, proceso que duró unos 3 años. Se sabe que muchas partes tuvieron que ser construidas a mano. Sin embargo, el trabajo fue estupendo, dado que el coche luce el acabado negro Nitro Black, con el que salió la fábrica.